En las puertas de su muerte, la estrella mediática Jade Goody, polémica ex concursante de la edición británica de Gran Hermano, no quiere dejar de ser el centro de atención. Abandonó el Hospital Royal Mardsen, tras rogar a los médicos que la dejen pasar sus últimos días junto a su familia. Y fiel a su público, salió en camilla y en medio de paparazzi de todo el mundo.
Su representante, Max Clifford, asegura que le aconsejó a Goody que dejara de aparecer en el ojo público, porque ya logró lo que quería: asegurar el futuro de sus hijos de cuatro y cinco años con el dinero que han pagado los medios por cubrir su boda y su bautismo. Pero ella quiere seguir.
En una entrevista que dio a la revista "OK!", Jade Goody dice que está lista para morir, aunque se siente "destrozada" al darse cuenta de que no verá crecer a sus hijos. "Quisiera verlos convertirse en hombres y casarse. Es el sueño de toda madre, ¿no?". Y, ante la pregunta de cómo quiere ser recordada, la mediática ex concursante contesta: "Como una persona que irritó y entretuvo a la gente en la misma medida. Pero también quiero que se me recuerde como la chica que dio la pelea. Me sentenciaron a muerte, pero no dejé que eso me matara". (El País)