El rey Tiger Woods está de vuelta y su presencia desde hoy frente a los 50 mejores de la clasificación en el Mundial, en Miami, debe concederle un respiro a la contraída economía del golf, que tampoco escapa a la crisis internacional.

Ansioso de sumar nuevos triunfos a su exitosa trayectoria deportiva, y después de una ausencia de ocho meses por lesión, Woods retornará a los torneos de 18 hoyos, luego su victoria en el Abierto de Estados Unidos, uno de los cuatro del Grand Slam, en junio último.

"Mi meta es ganar y eso no cambió", señaló Woods al referirse al certamen de Miami. "Pero estoy emocionado por jugar nuevamente frente a los mejores del mundo", agregó.

Ante la crisis económica que azota todos los rincones del planeta, la presencia de Woods, de 33 años, es una noticia alentadora para los organizadores de la lid, porque el astro estadounidense es como un Rey Midas moderno, que convierte en oro todo lo que toca.