TOKIO.- La maestra robot japonesa pasa lista, sonríe y regaña provocando las risas de los estudiantes. Pero su diseñador dice que aún no está lista para reemplazar a instructores humanos.
Aun así, y aunque se trató de una prueba, los alumnos recibieron su primera clase de un robot femenino que tiene la capacidad de hablar varios idiomas, dar instrucciones, hacer preguntas, realizar listas y revisar tareas.
A diferencia de robots de apariencia más mecánica, como Asimo, de Honda Motors, la maestra robot, llamada Saya, puede expresar seis emociones básicas -sorpresa, miedo, repugnancia, furia, felicidad y tristeza- porque su piel de goma es tironeada desde atrás por motores y cables alrededor de los ojos y la boca, explicó el científico Hiroshi Kobayashi, "padre" de este robot, cuya construcción demoró 15 años.
En una demostración la boca del robot se abrió, sus ojos se agrandaron y las cejas se arquearon en tono de sorpresa. Saya estiró los labios en una sonrisa y dijo frases preprogramadas como "Muchas gracias", moviendo los labios para expresar placer.
"Los robots que parecen humanos tienden a ser muy del gusto de niños y ancianos", dijo el miércoles Hiroshi Kobayashi, profesor de ciencias de la Universidad de Tokio y creador de Saya. "Los niños incluso comienzan a llorar cuando Saya les regaña".
Desarrollada inicialmente como una recepcionista robot en el 2004, Saya fue probada en un aula real en Tokio este año con un puñado de alumnos de quinto y de sexto grado, aunque aún no puede hacer mucho más que pasar lista y gritar órdenes como "¡Cállense!´´. Los niños se divirtieron mucho, recordó Kobayashi, sonriendo cuando Saya dijo sus nombres. Aun así, es controlada a distancia por una persona que observa la interacción por medio de cámaras, dijo.
Lo interesante ahora es ver si el concepto de este tipo de robots alcanzará popularidad o sólo será una suerte de vidriera de innovación tecnológica.
Lo cierto es que este robot es uno de los varios androides que han sido diseñados para asumir labores humanas en Japón como parte de los esfuerzos para encontrar solución a la creciente escasez de mano de obra al envejecer su población.
Pero los científicos dicen que aún no hay una máquina capaz de lidiar con niños y ancianos.
(AP/Agencias)
