Los ataques producidos ayer en Alemania y antenoche en Estados Unidos tienen una larga lista de antecedentes en esos países, mientras que en la región el triple crimen en la escuela de Patagones es el antecedente más sangriento.

El 28 de setiembre de 2004, un adolescente de 15 años provocó una masacre al matar Sandra Núñez, Evangelina Miranda y Federico Ponce, de entre 15 y 16 años, con balas de una pistola 9 milímetros de las fuerzas de seguridad, con la que el agresor ingresó al colegio de Patagones.

El joven agresor ingresó al colegio Islas Malvinas, donde cursa el ciclo medio, a las 7:30, después de la ceremonia de izamiento de la bandera, fue hasta su aula, donde los alumnos esperaban la llegada del profesor, y en un instante desató la tragedia. Tras el episodio, el agresor fue arrestado cuando salía de la escuela. Se entregó en estado de shock y sin pronunciar palabra.

La matanza fue la peor que se recuerde en Alemania desde 2002, cuando Robert Steinhaeuser, de 19 años mató a disparos a 16 personas _ 12 maestros, una secretaria, dos estudiantes y un policía _ antes de suicidarse con el arma en la escuela secundaria Gutenberg, en Erfurt.

Steinhaeuser, quien había sido expulsado de la escuela por falsificar una carta médica, era miembro de un club de propietarios de armas y tenía autorización para poseerla. El ataque llevó a las autoridades alemanas a aumentar la edad para poseer armas de fuego recreativas, de 18 a 21 años.

En noviembre de 2006, se evitó por poco un drama similar en Emsdetten (noroeste), cuando un ex alumno depresivo, vestido de negro y cargado de explosivos, tomó una escuela de la ciudad hiriendo a 37 personas antes de suicidarse. Dos meses antes, un joven de 22 años asesinó al director de una escuela e hirió a otra persona en Freising, cerca de Munich.

(AFP/DPA/Redacción Central)