Miércoles 11 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 26 > Salud
"Sin tetas no hay paraíso"

Así se llama el libro más vendido de la última década en Colombia que, también, tiene una versión televisiva que es la serie más vista en la historia de la tierra de García Márquez (en Argentina se puede ver por la señal de cable Cosmopolitan). La historia consiste en una adolescente que descubre los supuestos beneficios de contar con senos grandes y, de esa forma, comienza a pertenecer al mundo del narcotráfico, la prostitución y, claro, el dinero. "Se trata de una bofetada a la vanidad; y no sólo la femenina, porque los hombres también estamos ingresando en esta onda. El paraíso no está en poseer sino en ser. El cerebro es más grande que las tetas. El título es sólo una ironía", señaló el escritor colombiano Gustavo Bolívar Moreno en la presentación de su libro. Dentro de una lógica similar, vinculada al progreso social y la belleza, varios boliches en la Argentina sortean entre las mujeres las posibilidad de aumentar su busto, algo que en la discoteca Pachá de Valencia, España, fue prohibido en noviembre del año pasado. "Un aumento mamario es sólo eso y trae habitualmente un efecto psicológico positivo sobre la paciente. Pero eso no puede suponer que mejorará o no la relación con terceros, su vida de pareja o su relación laboral. Todos estos temas deben salir en la consulta medica prequirúrgica para saber qué tipo de paciente es y qué expectativa tenemos delante, a fin de definir si será o no una buena candidata quirúrgica", explica el cirujano Rancati. "En estos casos, lo que está en juego es sólo la imagen corporal, la autoimagen de la persona, que se siente con mayor autoestima porque lo que les devuelve el espejo satisface la búsqueda de belleza a la que aspiran", señala la psicóloga Meilerman. (ABA)

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