El presidente boliviano, Evo Morales, defendió el miércoles de forma singular la retirada de la hoja de coca de la lista internacional de sustancias prohibidas, mascando unas cuantas ante ministros de los 53 países miembros de la comisión de estupefacientes de la ONU en Viena.
"La hoja de coca no es cocaína, no es nociva para la salud, no provoca males físicos ni dependencia", subrayó Morales durante la sesión plenaria de la 52ª reunión de esta comisión, reunida miércoles y jueves.
El presidente boliviano agregó que estas hojas son cultivadas desde hace "3.000 años y son el símbolo de la identidad y la cultura" de los pueblos andinos. Morales pidió oficialmente su retirada de la lista de sustancias prohibidas y que se incluya en cambio la pasta de cocaína.
Desafiando a los ministros de Justicia e Interior de los países miembros de la comisión de estupefacientes, Morales, que cultiva personalmente y "consume desde hace 10 años" hojas de coca, advirtió: "Si esto es una droga, entonces deberían encarcelarme".
Morales lucha contra la estigmatización de este cultivo, a partir del cual se fabrica la cocaína, pero que también es una planta "sagrada" en Bolivia, de cultura y consumo tradicional y terapéutico. "En tanto que productor y presidente, tengo responsabilidades, debo defender una identidad, la hoja de coca es algo sagrado", insistió, precisando que unos 10 millones de personas mascan este producto en los países andinos.
El Organo Internacional de Control de Estupefacientes (OICS) reclama desde hace años prohibir la masticación de estas hojas, de las que más de 28.000 hectáreas son cultivadas en Bolivia, tercer productor mundial después de Colombia y Perú. Estados Unidos condena este cultivo, en expansión, lo que llevó al presidente Morales a expulsar en septiembre pasado a la agencia norteamericana de lucha anti-droga (DEA) de Bolivia.
AFP