Tal como se expresó en ediciones anteriores con referencia al Día Mundial del Riñón, la insuficiencia renal compromete a un número cada vez mayor de individuos.
En situaciones extremas, cuando la función renal es extremadamente baja, es necesario realizar un tratamiento sustitutivo renal. Estos incluyen diálisis (hemodiálisis o diálisis peritoneal), o transplante renal.
Se estima que una de cada diez personas tiene algún grado de enfermedad renal. La población con mayor riesgo son los portadores de diabetes, hipertensión arterial, mayores de 65 años, y personas con antecedentes familiares o personales de enfermedades renales.
Existen hábitos saludables aplicables a todas las situaciones, para el cuidado de los riñones y situaciones especiales que requieren especial atención.
Una dieta equilibrada, que no sea excesiva en proteínas de origen animal; y de grasas, para mantener el colesterol bajo; el uso racional de la sal; ingesta adecuada de líquidos, un peso adecuado para la edad y talla; y en el caso de los diabéticos, mantener en sangre niveles adecuados de azúcar son medidas de extrema importancia.
El control de la presión arterial es imprescindible para preservar la función renal, sobre todo en quienes tienen ya algún tipo de daño renal (en ellos la presión debería ser menor a 125/75 mmHg). El ejercicio aeróbico regular, por lo menos 30 minutos, cuatro días a la semana, evitar el tabaco y la excesiva ingesta alcohólica, constituyen también medidas protectoras.
Se debe evitar la automedicación, sobre todo de analgésicos, que resultan extremadamente dañinos para la función renal, si no son administrados en forma adecuada.
Por último la visita periódica al médico permite detectar precozmente problemas renales, muchos de los cuales tratados a tiempo, se curan.
Tenga en cuenta que en la mayoría de los casos la insuficiencia renal no duele, no nos avisa su presencia hasta estadios muy avanzados, por lo que el mejor tratamiento es la prevención.
NELSON JUNQUERAS (*)
(*) Médico de la Asociación Norpatagónica de Nefrología