CORCOVADO (AEB)- Una verdadera cacería humana realiza la Policía chubutense en procura de detener al prófugo Cristian Omar Bustos, luego del tiroteo que terminó con dos muertos y heridos grave.
En julio de 2007 Bustos se había fugado de la celda donde cumplía condena a cadena perpetua por haber asesinado a su propia hijita de nueve meses y apareció el fin de semana por esta localidad de la Cordillera chubutense para festejar el cumpleaños de su mamá.
Una brigada de investigaciones seguía sus pasos y al mediodía del domingo se dispuso todo para concretar el allanamiento, mientras la familia estaba reunida en una casa humilde de la periferia.
Cuando el personal policial se disponía a iniciar la diligencia, "del interior del inmueble sale el padre de la persona cuya detención se pretendía y comienza a dialogar con el comisario Grenier, refiriéndole que en el interior de su casa estaban sus hijos armados y que no se iban a entregar, ante lo cual le pedía que se retiren", relató una fuente judicial.
Al momento que se intentaba una negociación para que "Mai" Bustos se entregara con la presencia de un fiscal, cuatro hombres "salieron abruptamente custodiando al prófugo y mostrando armas y cuchillos a los uniformados, con capuchas y pañuelos en la boca, al grito de: "Nos vamos, si tiran, tiramos?, no nos vamos a entregar...".
En principio, el oficial a cargo pidió a su personal que no disparara, mientras el grupo comenzaba la retirada por una calle de tierra.
Al doblar en la primera esquina, y darse cuenta que los uniformados venían tras ellos a la carrera, comenzaron a disparar a mansalva y le dieron en la cabeza al agente Tito Roberts, quien murió a los pocos minutos, y a Luis Cañumir en el abdomen.
Frente a esta conducta, los policías repelieron la agresión y acertaron a Wilson Bustos en el maxilar, quien también perdió la vida de forma instantánea. Otro balazo pegó en la pierna derecha de un hermano menor de Bustos, quien se recupera en el hospital de Esquel.
Los dos hermanos restantes prosiguieron su huida, uno blandiendo un revólver de calibre 38 y el otro con un rifle de calibre 22 largo, con mira telescópica, hasta que lograron internarse en el bosque. El cruce de disparos siguió hasta que uno de los uniformados acertó "en la zona escapular izquierda" del que cubría a "Mai" Bustos, lo que motivó que cayera en el lugar y se entregara.
La confusión facilitó que el delincuente buscado pudiese entrar a un espeso pinar y se perdiera en el monte.
El detenido fue indagado ayer mismo por la fiscalía de Esquel, que le decretó la prisión preventiva, mientras las fuerzas de seguridad articulan estrategias para capturar al asesino condenado.