BUENOS AIRES (ABA).- Acusado de encubrir la llamada "pista siria" -especialmente al comerciante de ese origen, Alberto Jacinto Kanore Edul- el ex jefe de Estado, Carlos Menem, presentó ayer ante el juez federal, Ariel Lijo, un escrito de siete fojas en el que sostiene ser víctima de una "persecución política" de parte del Ministerio Público.
A instancias de éste último -pasados más de 14 años y medio de la masacre que terminó con la vida de 85 personas- el juez actuante busca desentrañar que protección política existió para que en su momento se evitara investigar a quien entonces aparecía como uno de los principales sospechosos del atentado, Kanore Edul.
"Lo que hace el fiscal (Alberto) Nisman es una infamia para mi persona... las acusaciones en mi contra -continuó diciendo- son "falsas imputaciones" y "agravios personales" indicó Menem mediante la presentación realizada en la víspera por sus abogados Omar Daer y Leonardo Churín.
Con traje beidge, camisa clara y corbata amarilla, acompañado de sus letrados, Menem llegó a los tribunales de Comodoro Py a las 10:30.
En el juzgado de Lijo le leyeron las imputaciones tras lo cual Menem se negó a responder dejando un escrito; luego subió e hizo lo propio ante el también magistrado federal, Sergio Torres, donde fue citado por la venta del predio de Palermo a la Sociedad Rural Argentina a un precio vil. (Ver aparte)
En el ínterin, Menem pasó por el despacho de Norberto Oyarbide (juez que sobrevivió a un jurado político en el Senado durante el segundo mandato del riojano) con quien se saludó efusivamente.
Punto crucial
Pocos días después del atentado, al conocer que la Justicia, la policía y la SIDE estaban tras los pasos de Jacinto Kanore Edul, su padre -éste es el detalle clave- se habría reunido en la Casa Rosada para pedirle a Munir Menem (secretario y hermano del entonces presidente) que interceda ante el juez de la causa, Juan José Galeano.
El padre del sospechado Edul les habría asegurado a Munir y al entonces primer mandatario que su hijo no tenía nada que ver con la masacre. Y Menem habría influenciado para que se saque la lupa sobre Edul. Es la hipótesis judicial (el padre de Edul conocía a los de Menem de su pueblo en Siria). Pero Menem en la víspera negó todo contacto con Edul hijo: "A ese señor no lo conozco, sólo sé que mis padres conocían a la familia", expresó Menem en el escrito.
Para el juzgado resulta llamativo que luego de esa supuesta reunión de Munir con Edul, el juez Galeano (que había allanado tres locales de Edul, y hasta el comisario Jorge Palacios que había realizado un allanamiento) desactivara las pruebas y hasta ordenara desconectar los teléfonos.
Según el expediente en manos de Lijo, varios elementos ameritaban profundizar en Edul. Las direcciones de nueve talleres mecánicos que se encontraron en su agenda (vendían camionetas como la que estalló contra la AMIA); sus comunicaciones con Mohsen Rabbani (ex agregado iraní, considerado como uno de los ideólogos del magnicidio), un llamado de Edul a Carlos Telleldín (quien habría tenido el motor que explotó en la mutual judía; y el hecho que se encontrara frente a la casa de Edul un volquete suministrado por Nassib Hadad, similar al que se observó frente a la AMIA minutos antes del atentado
"Es llamativo que la sospecha más fuerte que había a diez días del atentado se abandonara por completo", confió a "Río Negro" una fuente cercana a Lijo.
Hoy declarará ante este último el ex titular de la SIDE, Hugo Anzorregui; pero el testimonio crucial de Munir Menem está pendiente sobre lo que se resuelva acerca de la prescripción pedida por Munir.
El fiscal solicitó ayer el procesamiento de Menem. "En su momento pidió la prisión, pero no estarían dadas las circunstancias para una condena de cumplimiento efectivo", reconoció el vocero judicial.
En tanto, Edul sigue las actuaciones desde su casa. En su momento la Cámara Federal le dictó la falta de mérito. A la fiscalía entonces se le pasó por alto apelar su sobreseimiento.
