ALLEN (AA).- Héctor San Segundo es un fruticultor de Allen que desde hace más de 15 años se dedica a formular problemas de ingenio. En diciembre -para su cumpleaños número 71- su hijo Luciano le dio una sorpresa al cumplir uno de los sueños más anhelados de su vida: compiló los cientos de acertijos almacenados en la PC de Héctor y editó el libro de su padre a través de una editorial española.
"Cultivando el ingenio" se convirtió en el primer libro "acertijero" de un autor argentino que está disponible en la web y que se puede descargar de manera gratuita. Desde Allen, Héctor desafía nuestra propia inteligencia.
Tenía 55 años cuando decidió emprender una renovación intelectual. Sin abandonar sus tareas en la fruticultura, Héctor San Segundo -que desde siempre se interesó por temas como física, matemática recreativa y cosmología- comenzó a idear juegos de ingenio. Poco tiempo después formó un grupo dedicado a la creación y resolución de acertijos denominado "Los Acertijeros" y fue socio fundador de la Asociación de Juegos de Ingenio de la República Argentina (AJIRA), una entidad sin fines de lucro que tiene como objetivo la formulación y difusión de problemas de ingenio. En 1995 impulsó junto a otros miembros de AJIRA el Primer Congreso Argentino de Juegos de Ingenio, que se realizó en Allen.
San Segundo se ha convertido en un referente del ingenio allense y supo transmitir sus acertijos a grandes y chicos, organizando distintos torneos recreativos con el único interés de generar actividades para Allen. Publica sus problemas de ingenio en un periódico local y en el portal web de AJIRA y ya cuenta con un grupo de lectores que se esfuerzan por descubrir cada una de las soluciones.
Héctor siempre quiso editar un libro para poder plasmar sus acertijos en papel y compartirlos con todas aquellas personas que se interesen en la temática. Pero los altos costos de imprenta no le permitían concretar ese objetivo y todo el material esperaba una oportunidad guardado en el disco rígido de la PC.
San Segundo logró sortear todos los impedimentos y así llegar a la tan deseada publicación del libro. Sin levantar sospechas, su hijo Luciano se encargó de retirar los problemas de ingenio de la PC de su papá y envió todo el material a una editorial española que se encargó de la edición del libro.