NEUQUÉN (AN).- Las demoras en los pagos de la provincia a los proveedores, una situación que se arrastra desde la gestión anterior y que a pesar de que se ha logrado reducir la brecha no se ha podido solucionar, generó un nuevo inconveniente: los comerciantes, que en otros tiempos hacían fila para venderle al Estado, ahora se resisten al momento de proveerlo de insumos.
"Estamos teniendo inconvenientes con los proveedores para que nos coticen", reconoció el funcionario en el que recaen las tareas de control posterior a las compras, el secretario de Estado de Gestión Pública y Contrataciones, Rodolfo Laffitte.
Desde la Asociación de Comercio, Industria, Producción y Afines de Neuquén ACIPAN, su titular, Juan Carlos Battaglia dijo que el corte en la cadena de pagos forma "un círculo vicioso, porque la gente no puede financiarle al Estado tanto tiempo" y detalló que en los casos más extremos pasan 120 días entre la entrega del producto y el pago de las facturas.
"Lo que conozco son algunos casos por comentarios que he recogido, con casi 120 días las demoras en pagos. Me entero por ustedes que algunos proveedores ya no se quieren presentar en licitaciones, pero es la deducción lógica de lo que está pasando", respondió Battaglia a la consulta de "Río Negro".
Para el presidente de ACIPAN, la situación de los proveedores del Estado no escapa a la crisis que en general envuelve al comercio. "Hay una gran incertidumbre. Algunos opinan que la variación de precios no será muy grande, pero hay precios vinculados al dólar que se están moviendo. Entonces nadie sabe si será suave o abrupto, pero hay bienes vinculados a esa variación. Hay mucha preocupación", indicó.
En realidad, los atrasos en los pagos a proveedores, hasta el fin de la anterior gestión, no sobrepasaban los 60 días. Fue en el último año del gobierno de Sobisch en el que se amplió la brecha en las fechas de pago. Esa situación motivó la emisión de bonos, en abril del año pasado, para saldar deudas anteriores al 10 de diciembre de 2007, que registraban retrasos de hasta siete meses.
En este contexto, el control de conveniencia fiscal, un sistema en el que se buscan precios en el mercado para exigir rebajas en las compras que no se realizan por licitación, perdió eficacia.
Los proveedores cotizan por encima del precio real y se resisten a financiar los pagos, cuando los hipermercados venden al contado, una modalidad de pago que el gobierno no puede afrontar.
A un año del inicio de gestión, Laffitte informó oficialmente que el desfase llega hasta los 90 días. Pero el historial en la relación con los proveedores genera incertidumbre en los comerciantes, que temen a un nuevo pago con bonos o a que los precios se disparen y terminen cobrando a valores irrisorios.