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Un galán que supo inventar un culto | ||
Son pocos, muy pocos, los actores que pueden decir de sí mismos que han protagonizado un filme de culto. Muchos menos que los que pueden contar que fueron parte de un éxito de taquilla. Patrick Swayze tuvo la fortuna de visitar ambos universos. Llegó al lugar soñado por la mayoría de las estrellas de Hollywood con dos películas verdaderamente superficiales pero que pasarán a la historia como grandes batacazos: "Dirty Dancing" (1987) y "Ghost" (1990). En ambas asumía un papel que por facha siempre le ha quedado a medida: el del galancito capaz de reflejar el dolor. En una bailó. En la otra fue un fantasma acompañado por la también ascendente Demi Moore. Aunque muchos años después se hizo una segunda parte de "Dirty Dancing", en la que se le guardó un papel honorífico, "Ghost" debe haber sido una de las segundas partes más esperadas de la historia del cine. Como es sabido, nunca llegó. Son varios los motivos que llevaron a Patrick lenta pero progresivamente de la cúspide al ocaso. Se podría argumentar que nunca estuvo ni cerca de ser un gran actor, pero ésa no es una razón suficiente para señalarlo con el dedo. Después de todo, la galería de Hollywood está llena de actores mediocres que han sobrevivido a lo largo del tiempo. No, Patrick simplemente no encontró los argumentos ni los personajes adecuados. Sin embargo, el actor pasará a la historia también por un logro cinematográfico significativo: "Punto de quiebra". A primera vista parece sólo otra película de acción. Falso. Este filme tiene algo más para dar y en eso Patrick tiene mucho que ver. El actor interpreta a Bohdi, un surfer que se dedica a asaltar bancos con su banda con el fin de financiar sus vida sobre y junto a las olas. Pero Bohdi supera el estereotipo del cabeza hueca de pelo rubio: es sobre todo un gurú de una camada de fanáticos de las tablas. Su voz se deja escuchar. Bohdi habla de vivir libremente, riesgosamente. De andar como el viento. De ser mucho más que un humano sometido al sistema. Después hubo muchos títulos olvidables. El rostro menos popular y más ausente de alguien que fue un star. Y, por supuesto, esa mala, horrible noticia de enero del 2008, cuando se le detectó un cáncer de páncreas que no ha hecho más que generar titulares en la prensa amarilla como que apenas le quedaban cinco semanas de vida. Pero él sigue en pie. Y vuelve a la acción de protagonizar. Y de vivir.
CLAUDIO ANDRADE | ||
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