Domingo 08 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 3 > Nacionales
Otro desplante oficial al vicepresidente
El avión de la Fuerza Aérea que debía transportar a Cobos a la Fiesta de la Vendimia, en donde estaba Cristina, sufrió sugestivas fallas y demoras.

BUENOS AIRES (DyN) - El vicepresidente Julio Cobos volvió ayer a sufrir un nuevo traspié al demorarse más de dos horas su llegada a la provincia de Mendoza porque nunca apareció el avión de la Fuerza Aérea reservado para que viaje a la Fiesta de la Vendimia.

Los colaboradores del titular del Senado interpretaron el hecho como un intento desde el gobierno nacional por "evitar que se cruzara" con la presidenta Cristina Fernández, quien hizo una serie de anuncios y beneficios para el sector vitivinícola, entre ellos la reducción de las retenciones.

Cobos tenía previsto partir hacia Mendoza a las 12 del mediodía, pero luego de una larga demora, le avisaron al equipo del vicepresidente que el avión no saldría y que, en su reemplazo, ponían a sus disposición "un avión turbo-hélice de seis plazas, sin baño", detalló a DyN Julio Paz, vocero del ex gobernador mendocino.

Sin otra alternativa, el vice aceptó subirse a la aeronave que permaneció más de una hora parada en la pista sin despegar hacia Mendoza. Finalmente, Cobos llegó a la provincia "en un tiempo de 2.45 horas, cuando el trayecto normal demora alrededor de 1.40 hora", precisaron desde su entorno, que se mostró molesto con una actitud que, presumen, sirvió para demorar la llegada a la provincia.

Durante la semana, el vicepresidente había anunciado que solo participaría de los actos centrales que tendrán lugar por la noche pero, por las dudas, se aseguraron que no llegue a destino al mismo tiempo que Cristina Kirchner realizaba anuncios para los productores vitivinícolas.

Según se espera, Cobos arribará hacia las 21.45 al teatro griego Frank Romero Day donde se realizará el acto central de la Fiesta de la Vendimia.

El hecho se suma, con idénticas características, al que ocurrió el mes pasado, cuando Cristina Fernández estaba en Madrid y el vicepresidente pidió un avión para ir hacia Tartagal, Salta, donde se había producido un alud, y desde el gobierno le fue negado.

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