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La agenda que viene, más que compleja | ||
La dimisión de Fayyad tiene lugar unos días después del inicio de la negociación en Egipto entre trece facciones palestinas, entre ellas Al Fatah, el partido del presidente Mahmoud Abbas, y el movimiento fundamentalista Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza. Las negociaciones pretenden la formación de un Ejecutivo capaz de preparar las elecciones presidenciales. La agenda viene cargada de escollos pues siguen los problemas que desataron una lucha fratricida desde que la organización islamista venciera en las elecciones de enero de 2006. Al año siguiente, Israel, los países occidentales y Egipto hicieron todo lo posible para derribar el Gobierno de unidad. Ahora es diferente. Los Estados europeos, incluso la Casa Blanca, parecen más receptivos a esta fórmula, imprescindible para acometer la reconstrucción de la franja, devastada en la guerra de 22 días que Israel lanzó en diciembre. "Hablar con Hamas es lo correcto", afirmó días atrás el secretario del Foreign Office británico, David Miliband. La apertura de los cruces fronterizos con Israel es vital y resulta inviable si Gaza está en manos islamistas. Para El Cairo, que lleva años mediando, es un asunto trascendental. Lo último que desea es una Gaza desvinculada de Cisjordania que vuelque sus problemas hacia Egipto. Una de las opciones que cobra fuerza es la formación de un Ejecutivo de tecnócratas o figuras independientes para evitar la presencia de rostros conocidos de Hamas. Una fórmula que permitiría salvar la cara a los islamistas y a Al Fatah. El movimiento fundamentalista, después de la guerra que ha devastado Gaza, promete que el presidente, Mahmoud Abbas, no se hará cargo en solitario de la reconstrucción de la franja por mucho que los fondos recaudados en Sharm el Sheikh el 2 de marzo sólo tengan un destinatario: el mandatario palestino. | ||
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