ROCA (AR).- Luego de una carrera que le permitió recorrer los juzgados penales ‘de pe a pa’, la reconocida jueza oriunda de La Plata -pero casi roquense por adopción-, Flora Susana Díaz, renunció a su cargo para jubilarse y en sólo cuestión de días se alejará de la justicia, que fue durante varias décadas uno de los pilares fundamentales de su vida.
Simpática, jovial y reconocida y querida por sus propios pares, la actual camarista penal está próxima a dictar, la semana entrante, sus últimas tres sentencias.
Así como lo hizo a lo largo de toda su carrera, en casos resonantes como el del triple crimen del laboratorio en Cipolletti, el juzgamiento del asesinato del taxista cipoleño Vázquez y tantos otros.
Fue la primera jueza de instrucción penal en el país, conocida por aplicar sus sentencias con un rigor casi científico, y todavía muchos -policías sobre todo- recuerdan aquellos notables procedimientos que encabezaba, con todos los efectivos por detrás.
“Los policías le tenían terror. Ella llegaba y dirigía todo, no se le escapaba nada y era minuciosa. Una mujer con muchas agallas”, recordó una fiscal roquense. “Hay uno, sobre todo, del que todavía se habla, fue hace como 30 años en Catriel, unos allanamientos memorables”, agregó.
Díaz también fue una de las fundadoras del Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de Río Negro.
Arrancó como secretaria de juzgado, luego de ganar un concurso cuando era muy joven y desde entonces comenzó a trazar su propia carrera judicial. Le decían “tractorcito”, se dice en los pasillos, porque lentamente “avanzaba y avanzaba”.
“No, ¿pero de qué voy a hablar? ¿De mi?
No. Lo único que tengo que decir es que renuncié al cargo, después de tantos años, me voy a jubilar y dedicarme a mi familia”, dijo a “Río Negro” cuando se la consultó para hacer una entrevista.
Díaz, actual integrante de la Cámara Criminal I de Roca y madre de dos hijos también abogados, se recibió en la Universidad Nacional de La Plata y casi desde el inicio se volcó al fuero penal. “Siempre me gustó.
¿Por qué? No sé, pero siempre me gustó el fuero penal”, señaló.
“Lo único que puedo decir es que cada juez tiene su modo para trabajar y yo el mío. Siempre fui igual, ante cada caso, la comunidad es la comunidad y yo soy yo”, sostuvo, ante la pregunta por casos resonantes.
“En esta vida he visto de todo, pero todavía me asombro!”, añadió. “Lo único que puedo decir es que llegué para trabajar, me dediqué siempre a trabajar, y creo que lo hice a conciencia. Agradezco el gran apoyo del Colegio de Abogados a través de sus distintas constituciones, la dirección del Colegio siempre me ha apoyado y ¿qué más puedo decir? Siempre hablé a través de mis sentencias, ahora es tiempo de callar”.