NEUQUÉN (AN).- Las lluvias seguirán siendo escasas en el norte de la Patagonia al menos hasta abril. A pesar de ello, el gobierno nacional insiste en guardar agua en los embalses de Alicurá y Piedra del Águila pensando en el invierno.
Lo que ocurrirá este fin de semana en el Limay medio no tiene nada que ver con la sequía: como es preciso realizar tareas de mantenimiento en instalaciones eléctricas, las erogaciones desde Pichi Picún Leufú caerán a 115 metros cúbicos por segundo de los 200 que tiene en promedio en estos días.
La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) pronosticó que debido a la sequía, el río Neuquén tendrá hasta el mes que viene una caída en su caudal del 40% en relación a su promedio histórico para la época
En el río Collón Cura la caída será del 38% y en el Limay, del 22%, siempre según el promedio histórico.
Este será el segundo año consecutivo que se pone en marcha un modelo de operación de la cuenca que reserva agua en los embalses de las presas ubicadas en el tramo superior del Limay, con la idea de que el recurso sirva para mover la mayor cantidad posible de turbinas.
El año pasado esa política hizo que casi saliera de servicio El Chocón por el bajo nivel del embalse y si hubiera sido por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el Limay habría llegado a la confluencia con un hilo de agua.
Las cosas este año son bien diferentes: en principio en el embalse de El Chocón están ahora los 12 metros de altura que le faltaban el año pasado. Es una cantidad de agua tan grande que, para expresarla en litros, habría que hablar de billones. En hectómetros cúbicos, la AIC informó que son cerca de 7.700.
En Piedra del Águila, cuyo embalse es también sumamente voluminoso, hay este año menos agua que en 2008, pero sólo 170 hectómetros cúbicos. Y en el de Alicurá los niveles son muy parecidos a los del año pasado.
"El despacho eléctrico de los embalses tenderá a mantener las mayores reservas de agua posible hasta comienzos del otoño", dice un informe de la Autoridad de Cuencas.
De todos modos, "el abastecimiento para los usos aguas abajo de los embalses será normal", añadió el organismo, que este año está presidido por el rionegrino Horacio Collado, también titular del Departamento Provincial de Aguas de su provincia.
En el otro río de la cuenca del Negro, el Neuquén, el agua no es más abundante que en el Limay, pero no hay una presa que embalse sino una que deriva y el sistema, Cerros Colorados, posee sólo una central hidroeléctrica.
El manejo de la cuenca continuará así hasta que llegue el frío, se haga escasa la oferta de gas y sea preciso despachar todas las centrales que mueven sus turbinas con este combustible. Las hidráulicas están en primer lugar porque tampoco usan hidrocarburos como gasoil o fueloil. En esos meses los embalses irán perdiendo sus niveles y los ríos llegarán a los valles con caudales muy altos.