SAN ANTONIO OESTE (ASA).- Un afiliado al Ipross de la San Antonio le remitió un escrito al presidente de la obra social, Alcides Pinazo, relatando la odisea sufrida debido a la enfermedad coronaria que padece. El hombre fue derivado en tres ocasiones a centros de alta complejidad, pero al llegar le anunciaban que la intervención que requería no se realizaba allí.
Aunque el sorprendente deambular le permitió al paciente dar con un profesional que finalmente le recomendó no operarse, porque es muy riesgoso someterse a un procedimiento que no garantizaría los avances a los que podría llegar a través de un tratamiento, el hombre decidió relatar su caso para que no le vuelva a suceder a otro afiliado.
"Esto me llevó no sólo a perder tiempo sino también mi dinero y el del Ipross, y eso gracias a que mi situación no tiene urgencia absoluta. De haber sido un asunto de vida o muerte, gracias a la ineptitud de los auditores locales y provinciales, ya tendrían un afiliado menos", manifestó Rubén Pissaco.
La enfermedad que padece el hombre -que es el referente del CODEMA en la localidad- es una "fibrilación auricular paroxística recurrente", que consiste en una alteración de la frecuencia cardíaca cuya consecuencia más dramática es, entre otras, la embolia cerebral. "Desde hace 20 años padezco arritmias que devinieron en este cuadro, que es resistente a fármacos, por lo que me convenía optar por una respuesta quirúrgica y realizar una "ablación por radiofrecuencia con mapeo electromagnético", cómo ya me habían recomendado en 2007", relató.
A partir de allí comenzaron los trámites ante la delegación local del Ipross con los consiguientes desaciertos.
"En primer lugar me derivaron a Cipolletti, donde al llegar un electrofisiólogo me informa que en nuestra provincia no se realiza la intervención por la que fui enviado allí, por lo que realizo mi primer reclamo ante la auditora de San Antonio" prosiguió.
Luego de varios trámites fue derivado a Bahía Blanca, aunque antes de viajar consultó a un profesional que ya lo había atendido en ese lugar que afortunadamente le confirmó telefónicamente que sólo en Buenos Aires se realiza ese procedimiento.
La siguiente y última derivación fallida fue al Sanatorio Güemes, de Buenos Aires, el 16 de febrero. "Al llegar me recibió un médico que me dijo que en ese centro no se realizaban estas cirugías y que se extrañaba por no haber sido consultado por el Ipross antes de enviarme, aunque afortunadamente a través de su asesoramiento decidí no operarme al evaluar los riesgos innecesarios y ser instado a optar por un tratamiento menos cruento y más efectivo para mi caso", expresó Pissaco. El afiliado envió una carta a Pinazo y a la defensora del Pueblo.