BUENOS AIRES (DyN)- Un vecino del odontólogo Ricardo Barreda, condenado a reclusión perpetua por asesinar a su esposa, su suegra y sus dos hijas en 1992, denunció que violó la prisión domiciliaria con la que había sido beneficiado, pero el acusado lo negó y aseguró que presentará testigos para acreditar que permaneció en su casa.
Barreda, de 72 años, declaró ante la Sala I de la Cámara penal platense y aseguró no haber infringido el beneficio.
La Cámara fue la misma que en 1995 lo condenó a reclusión perpetua y que en mayo de 2008 le concedió el arresto domiciliario que Barreda cumple con su pareja en un departamento de la calle Vidal al 2300, en el barrio porteño de Belgrano.
La denuncia fue formulada por un vecino que dijo haber visto a Barreda comprando pastas en un comercio de la calle Amenábar al 2200.