| Todos saben cuándo se va a desatar la violencia en un estadio de fútbol argentino. Pero es imposible impedir que efectivamente ocurra. Anoche, en el Malvinas Argentinas de Mendoza, el juego entre Godoy Cruz y San Martín de Tucumán, que empataban 1-1, fue suspendido a los 18 minutos del segundo tiempo por serios incidentes entre la barra local y la policía. Se sabía que era un partido de alto riesgo porque las dos hinchadas se venían amenazando vía internet. Al estadio fueron 870 policías para evitar lo inevitable: que la violencia se desate. La bronca entre ambas parcialidades viene del torneo pasado, cuando en Tucumán los mendocinos fueron emboscados, agredidos y robados por los hinchas de San Martín. Sin embargo, los incidentes ocurrieron entre la barra del Tomba y la policía, con gases lacrimógenos y balas de goma mediante. Todo esto obligó al árbitro Diego Abal a suspender el partido a los 18 minutos del segundo tiempo. A esa añtura, los goles de Gustavo Ibáñez para San Martín, y de "Malingas" Jiménez, ya eran historia. Todo comenzó a los 42 minutos cuando una bomba de estruendo cayó dentro de la cancha. En el entretiempo comenzaron los enfrentamientos y continuaron hasta los 18 de la segunda parte, cuando Abal se enteró de parte del encargado del operativo de (in)seguridad que no había más garantías. Final del juego. | |