SYDNEY / SINGAPUR (DPA).- Unas 140 ballenas piloto murieron ayer al quedar varadas en la playa de Naracoopa, en la isla australiana de King, sin que los guardaparques y voluntarios pudieran evitarlo. Aunque la mayoría estaba muerta cuando llegaron, lograron salvar a algunas del total de las 200 varadas.
"Con la marea alta conseguimos arrastrar a 54 ballenas y delfines hasta aguas profundas. Les dimos las mejores condiciones posibles de supervivencia", señaló el portavoz del servicio de guardaparques, Chris Arthur. Las autoridades les colocaron transmisores para poder saber en dónde se encuentran hoy.
El equipo se enfrentó a una triste escena ayer en la mañana. Hasta donde alcanzaba la vista había unas 194 ballenas piloto (o calderones) y unos siete delfines tumbados sobre la arena seca y con las aletas hacia arriba.
"Realmente se podía oír gritar a los animales", dijo John Nievaart a la radio. Nievaart es dueño de una serie de casas de vacaciones en las cercanías y fue uno de los primeros voluntarios. "Había familias, padres, madres, abuelos; todos ayudaron bajo la dirección de los guardaparques", afirmó el jefe de la administración de la isla, Andrew Wardlaw.
Los habitantes de la isla, ubicada a medio camino entre tierra firme y Tasmania, organizaron cadenas de agua con cubos y toallas para cubrir a las ballenas y protegerlas del sol. "Un par de escolares consiguieron sacar hasta el agua a un ballenato, pero volvió dos veces a la playa. Rompía el corazón", relató Nievaart.
Los mamíferos quedaron varados el domingo por la noche y no encontraron el camino de regreso al mar. Los habitantes alarmaron a las autoridades, que lamentablemente están acostum- bradas a hechos como éste.
En los meses de verano (austral) ocurre todo el tiempo que las ballenas se pierdan cuando van hacia la Antártida o retornan. "Este verano fue especialmente malo", dijo Arthur. A fines de noviembre quedaron varados 187 calderones en Sandy Cape Beach, de los que sólo pudieron ser salvados 32.