NEUQUÉN (AN).- Una mujer se mira a sí misma y, en ese proceso introspectivo y solitario, descubre que coexisten en su interior más de un pequeño universo, universos que tienen que ver con su niñez, su adolescencia y adultez, sus emociones, sus amores y desamores, sus vivencias y deseos, todo atravesado arbitrariamente por una sociedad que condiciona y empuja hacia el torbellino moderno.
Paula Mauriño es esta vez la mujer que se anima a transitar ese laberinto femenino, con su nuevo espectáculo de danza sonora, "Monoambiente". La obra se estrenó el viernes pasado en el Ámbito Histrión y debido al éxito y la buena recepción del público, realizará una nueva función el próximo viernes 6, a las 22 en la sala de Chubut 240.
¿Quién es esa mujer que hace evidente a los demás su propio "monoambiente?
Es una mujer común que decide explorar su interior, recordar el pasado, inmiscuirse en el presente agazapado y dialogar con las tantas facetas que habitan su "casa interior".
"Es la historia de una mujer, desde que es niña hasta sus treinta años. Su recorrido por la identidad. Muestra cómo se va formando y pasando por distintas etapas y muestra cómo conviven en la persona un montón de facetas diferentes, algunas tienen que ver con lo infantil, otras con lo adulto, siempre en relación con un otro que no está presente pero que es su interlocutor. Primero son los padres y sus hermanos, luego serán los amigos y el amante. Todo eso va formando su personalidad y la trama de la historia", detalló Paula Mauriño, que además de ser la inquilina de ese "monoambiente", fue su directora, coreógrafa y ambientadora.
En estos 40 minutos de danza contemporánea sonora, la mujer se presenta como un solo espacio donde conviven diferentes estadios de una vida.
Allí, lo que la bailarina neuquina quiere mostrar es esa convivencia y cómo está determinada e influenciada por la sociedad moderna de consumo, tan globalizada.
"Para armar la obra me inspiré en el pop art de los años 60. La obra remite a la sociedad en que vivimos, esa cuestión heterogénea donde todo parece envuelto en un envase de plástico listo para vender. La obra trabaja con el concepto de collage, con esa cuestión irónica de que está todo bien pero en realidad subyacen otras cosas, muy al estilo pop art", comentó la bailarina.