JERUSALÉN (AP).- El fiscal general de Israel informó ayer al primer ministro Ehud Olmert que planea acusarlo formalmente bajo la sospecha de recibir ilegalmente sobres llenos de dinero de parte de un empresario judío-estadounidense, un caso que conmocionó al país y provocó un rechazo tal que obligó al jefe de gobierno a renunciar.

Antes de que se tome la decisión sobre su acusación formal Olmert tendrá una última oportunidad para tratar de convencer al fiscal general Meni Mazuz de que no le impute cargos, dijo Mazuz en un comunicado de prensa.

El fiscal también ha comenzado a analizar la idea de enjuiciar a Olmert por otro caso de corrupción.

En total hay cinco casos de corrupción pendientes contra Olmert, quien ha negado su responsabilidad en todos ellos. Su vocero Amir Dan señaló en la tarde de ayer que los cargos contra el primer ministro "desaparecerán al final´´.

Hasta ahora ningún primer ministro israelí ha sido enjuiciado, pero la llegada de los autos-patrulla de la policía a la residencia oficial de Olmert se ha vuelto algo habitual.

La policía lo ha interrogado 16 veces en los últimos meses en relación con varias investigaciones.

Todos los casos fueron anteriores a su asunción como primer ministro en enero del 2006, cuando era alcalde de Jerusalén y ministro de Industria y Comercio.

La más sorprendente de las acusaciones contra Olmert fue de Morris Talansky, un empresario de 76 años de Nueva York, quien testificó el año pasado ante una corte israelí que había entregado sobres con miles de dólares a Olmert, en parte para ayudarle a pagar su vida de lujos, que incluía hoteles caros y habanos.

Olmert ha dicho que el dinero era de contribuciones de campaña legales, pero el testimonio de Talansky le hizo un grave daño político, pues acabó con la poca credibilidad que le quedaba tras la fracasada guerra contra Líbano del 2006.

Si es acusado formalmente los cargos podrían incluir fraude y abuso de confianza, según el comunicado presentado por Mazuz.