MADRID - Con un alto porcentaje de indecisos, el gobierno del socialista José Luís Rodríguez Zapatero enfrentará hoy su primer desafío en las urnas desde que España entró en recesión con las elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco.
Ambos comicios son un reto más que importante, si se tiene en cuenta que los candidatos de su partido son favoritos en ambas regiones y podrían marcar un hito desbancando a los nacionalistas vascos en una -luego de 25 años- y continuar en el poder gallego en la otra, tras derrotar al Partido Popular en 2005 tras 15 años.
En Galicia, Emilio Pérez Touriño, actual jefe de la Xunta, va primero en las encuestas, seguido de cerca por el conservador Alberto Núñez Feijoo, aunque los sondeos arrojan que el 25% del electorado todavía no optó por ningún candidato.
Dentro del socialismo, piensan que el PP puede recibir varios de los votos de los indecisos, por eso, durante la última etapa de la campaña, los socialistas hicieron hincapié en que sus votantes acudan a las urnas y que haya poco abstencionismo.
En un mensaje con tono de arenga, Zapatero pidió a los gallegos en el cierre de campaña de Touriño en Santiago de Compostela que acudan a las urnas el próximo domingo porque, según proclamó, "cada voto puede valer un gobierno".
Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy, quien estuvo al frente de la campaña en Galicia, hizo hincapié en la actual crisis financiera y sostuvo que "los socialistas son un peligro para administrar la economía".
Sin embargo, las encuestas indican que por lo reñidas que serán estas elecciones ninguno de los dos podrá obtener la mayoría en el Parlamento -como exige la Constitución- tal como ocurrió hace cuatro años, cuando el PSdeG se alió con los del Bloque Nacionalista Gallego para formar gobierno.
Las elecciones vascas presentan un panorama similar en cuanto a los números de las encuestas, porque mientras que el gobernante Partido Nacionalista Vasco marcha primero en las mismas, el PSE-EE le pisa los talones de cerca y amenaza con una alianza con el PP en la legislatura local, además de tener un 30% de indecisos.
De hecho, el candidato socialista Patxi López señaló durante la semana que "no hace falta ganar las elecciones para ser lehendakari (jefe de Gobierno)".
Por su parte, el principal candidato y actual gobernante, el nacionalista Juan José Ibarretxe, se dedicó en los últimos días a atacar a Zapatero, de quien dijo sólo fue al País Vasco a "hacer chistes" y al que exigió un poco más de seriedad. "En lugar de venir a ridiculizar (...), Zapatero tendría que venir aquí y decir: ´mire, yo no estoy de acuerdo con más autogobierno, pero lo respeto y además respeto que si ustedes vascos están de acuerdo con él en lugar de conmigo, tengan más autogobierno", dijo Ibarretxe.
Ibarretxe ya había acusado al presidente del gobierno nacional de "negociar más cosas con (el grupo armado separatista) ETA que con el gobierno vasco". El lehendakari sostuvo que volverá a dialogar con la izquierda abertzale (nacionalista), aunque no tenga representación en el Parlamento. El candidato socialista que aspira a desbancarlo tras diez años en el poder, pidió a los electores que den "un gran espaldarazo" al proyecto socialista y prometió conformar un gobierno que "sepa aunar sumando voluntades" pero "sin hipotecas". (Télam)
