Cuando "Río Negro" se reúne con el cantautor madrileño, la charla recorre casi indefectiblemente cuestiones extramusicales. No bien llegó a la Capital de nuestro país, se puso a trabajar tras dejar su equipaje en el hotel. Ruedas de prensa, cámaras de tevé, entrevistas individuales, encuentros con viejos amigos de este lado del Atlántico. La serenidad y la calidez de costumbre? Como están los cosas en el mundo, cuántos deberían escuchar su canción y la de tantos más desde Joan Manuel Serrat, Fito Páez, Eladia Blázquez, Charly García, Jorge Fandermole, hasta Joan Báez, Tracy Chapman, Sting o U2; gente en favor de la esperanza, la paz, contra la militarización, las guerras y otras locuras varias?
"Pues sí. Ojalá les ayudara a recuperar cierta sensibilidad que, de momento, da la sensación, están perdiendo; una perspectiva de la realidad más cercana, más al pie de la calle, que quizá les recordara que la política responde a una vocación de servicio al ciudadano y a la atención concreta de sus expectativas y necesidades. Finalmente, los músicos son cronistas sentimentales del mundo que nos toca vivir y a veces, se encargan de retratarlo con toda la crudeza que merece. Parece que los políticos viven al margen de esa dureza y desempeñan una labor más estética que ética, a la hora de retratarse y trabajar con la realidad."
- ¿Eso te plantea dudas en tu trabajo, lo afirma, lo hace más necesario?
-Yo creo que la música responde a una necesidad muy íntima, al compromiso con uno mismo. Sin perder el contacto con lo real de lo que finalmente te nutres, el proceso compositivo es muy personal, difícil de explicar el empeño por versificar ciertos sentimientos que, de otra forma, no sé expresar.
- Cosas que han pasado desde que nos vimos el año pasado, han endurecido tu mirada, la han enternecido? ¿Es más crítica, más escéptica?
-Una mezcla de todo. Hemos vivido hechos que nos han dolido. Creo que la mirada del contexto es doliente, más bien. Pero sin dejar de ser esperanzadora. Es verdad que duele mirar ciertas situaciones. Cómo la crisis en la que estamos se ceba en los más vulnerables y también es verdad que vemos cómo siguen militarizándose las relaciones entre los pueblos y asistimos a horrores como los ocurridos en Gaza y tantos otros sitios? Pero, por otro lado, creo que no es tarde para atender esta crisis como una oportunidad, política me refiero, como una posibilidad de replantearnos el modelo de sociedad que hemos construido; recuperar ciertos valores de solidaridad, recobrar una mirada a largo plazo, un compromiso con el respeto al entorno, con atención a los detalles que me parece absolutamente necesaria para salir fortalecidos y mejores.
- Me preguntaba, si con tozudez te decís: este es mi camino aunque las cosas no vayan bien.
-Es que no entiendo mi oficio de otra forma, la música de otro modo. Como te decía, responde a un compromiso muy íntimo y por tanto, ineludible. Rindes cuenta contigo mismo y debés responder a los dictados de tu alma. Ni siquiera a lo que la gente quiere escuchar, ni siquiera a lo que yo deseo oír. Finalmente, necesito decir ciertas cosas porque hay que ser honesto con uno mismo.
- Te espera una gira muy larga por Argentina, se sucederán públicos nuevos?
-Voy a ir a sitios que aún no he tenido la oportunidad de visitar. Tocaré en ciudades que desconozco, con el reto que supone enfrentar públicos distintos. Va ser un tour, también intenso que nos lleva hasta el sur y la verdad es que tengo mucha expectación. Se da además la circunstancia de que vamos a dar un concierto diferente en Buenos Aires, haremos un estadio por primera vez. Un recorrido lleno de desafíos con sabor agridulce porque es un cierre de gira, una despedida hasta la próxima ocasión que no sé muy bien cuando tendré el privilegio de vivir."
EDUARDO ROUILLET