La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, renovó ayer sus críticas a los medios de comunicación e instó a los intelectuales a "ayudar a la sociedad a desentrañar los mensajes que le envían bajo aparente objetividad y prescindencia".

En un acto en la Biblioteca Nacional en Buenos Aires, la mandataria destacó que "ha sido una característica de la intelectualidad poner en duda lo que te afirman como verdad revelada". Ahora "el desafío es volver a ejercitar el pensamiento audaz, no convencional, no sometido a las reglas que vemos diariamente en los medios de comunicación", sostuvo. "Todos sabemos que son directamente atentatorios de las posibilidades de movilidad social, de redistribución del ingreso, de una participación democrática", aseguró en referencia a los contenidos de los medios. "Casi se repite monocordemente un guión o un libreto que nunca se sabe quién lo elabora, pero que todos tenemos fuertes sospechas de a qué intereses responden", aseveró. La presidenta lanzó en varias oportunidades acusaciones contra los medios de comunicación, con los que mantiene una relación distante. Desde su asunción sólo brindó una conferencia de prensa. El jueves, al ser objeto de una protesta de productores en Tres Arroyos, afirmó en su discurso que al día siguiente la prensa reflejaría los actos de los manifestantes y no la gente que se acercó a brindarle su apoyo.