El subsuelo neuquino, que ya aporta petróleo y gas, podría ser fuente de una energía, si no nueva, al menos diferente: la geotérmica. Frente a los costos del gas, que inició el sendero del aumento de precios, la central que licitará en breve el gobierno neuquino para el yacimiento Copahue, con interconexión al sistema nacional, podría transformarse en el proyecto inicial de un complejo que, manejado de manera sustentable, tendría una vida sin límites.
En el mundo hay más de 10.000 megavatios (MW) de potencia instalada de este tipo de energía. En Neuquén existe una planta piloto desde finales de la década del ´80 que, si bien está abandonada y representa un riesgo cada día mayor, sirvió para comprobar que la explotación de esta fuente de energía es segura, sustentable y eficiente.
La Agencia de Desarrollo de Inversiones de la provincia del Neuquén (ADI-NQN), que preside Pedro Salvatori, fue facultada por el gobernador Jorge Sapag para lanzar la convocatoria a inversores.
Aunque tienen dificultades para cobrar sus facturaciones, los generadores de electricidad del país mejoraron sus tarifas, que no están reguladas, de manera mucho más acelerada que otros integrantes de la cadena de comercialización de energía del país desde la devaluación.
Pero, además, el programa nacional de Energía Plus actúa como un fuerte incentivo. De hecho, hay varios proyectos de ampliación de centrales que entrarían en este programa que remunera con mejores precios los nuevos aportes de electricidad.
Hay, también, otros atractivos, como los beneficios de la ley de promoción de las fuentes renovables de energía contenidos en una ley sancionada a instancias de Salvatori que aún no fue reglamentada pero que supone la exención del pago del Impuesto de la Ganancia Mínima Presunta y un incentivo económico que podría ser de 7 dólares por cada megavatio hora (MWh).
Otro incentivo es la ley de promoción minera porque, aunque no parezca, este vapor es un recurso de origen mineral. Salvatori y el vicepresidente de la ADI-NQN, Luis Galardi, explicaron que el recurso del yacimiento geotérmico está tipificado en el Código de Minería como de primera categoría, bajo la denominación de "vapores endógenos". Se trata de un "vapor seco saturado" que surge sin agua o con valores muy bajos, lo que mejora el proceso de extracción, como ocurre con los hidrocarburos.
Los estudios realizados por la agencia de cooperación japonesa JICA indican que con una central de 30 megavatios (MW) de potencia el recurso es inacabable. Pero, como la idea es explotar lo máximo posible esta fuente de energía, en la concesión se incluirá el desarrollo del yacimiento para mejorar las reservas y llevar la potencia instalada a 80 ó 90 MW. Otra obligación de los inversores será construir una línea hasta Ñorquín, hasta donde llegará otro tendido desde Chos Malal financiado por la provincia.
Las obras tienen un costo de 60.000.000 de dólares. Hace 15 años era impensada una inversión de esa magnitud porque el gas era abundante y barato.
La técnica de perforación de un pozo geotérmico es sumamente conocida por funcionarios y técnicos de la provincia y por empresas privadas porque en otro tipo de desarrollos, como los investigativos y los relacionados con la calefacción de Copahue, intervinieron firmas de servicios petroleros.
La característica de zona petrolera abarata los costos porque no es necesario montar una logística especial: todo lo que se necesita está a pocos kilómetros.
La analogía con la perforación de un pozo de petróleo es llamativa, aunque tiene diferencias: son "petisos" porque el recurso está más cerca de la superficie, son locaciones más limpias, casi no hay sorpresas, no hay sustancias contaminantes y todo el trabajo, incluida la terminación, dura no más de 20 días, contaron Salvatori y Galardi.
El geotérmico es un recurso renovable porque se nutre de agua que se filtra desde la alta montaña y toma altísimas temperaturas en la roca caliente de la fuente volcánica.
