CIPOLLETTI (AC).- La nadadora cipoleña Patricia Woudwijh enfrentará hoy un nuevo desafío. A partir de las 11 se sumergirá en el frío lago Correntoso en Villa La Angostura para nadar 3.000 metros y demostrar nuevamente que las personas trasplantadas pueden hacer una vida normal.
Su objetivo es concientizar sobre la importancia de la donación de órganos que "puede dar una segunda, tercera y hasta cuarta oportunidad a un montón de personas que están sufriendo", aseguró poco antes de viajar a la ciudad lacustre.
Sabe bien de lo que habla. Debatiéndose entre la vida y la muerte, hace 8 años recibió un hígado luego de estar dos años en lista de espera. Por eso, los desafíos que emprende con la natación tienen como norte que "todos pierdan el miedo y se transformen en donantes".
El año pasado, Patricia fue la única patagónica que viajó a los juegos olímpicos para personas trasplantadas que se realizaron en Buenos Aires y volvió a esta ciudad con tres medallas de plata en la disciplina. Después de esta experiencia tomó la decisión de ser parte en las competencias de natación en aguas abiertas.
Hasta el momento participó en dos: una en el lago Lácar de San Martín de los Andes (2.400 m) y otra en El Chocón (3.320 metros). En las tres, es también la primera nadadora trasplantada que participa.
"Es un esfuerzo porque el agua es muy fría y las distancias muy largas. En El Chocón estuve nadando casi dos horas. Pero cuando llegás la satisfacción es también muy grande", contó sobre las dos experiencias anteriores.
Patricia entrena en el club Cipolletti con el profesor Marcelo Ramírez quien fue el que la entusiasmó con la posibilidad de participar en estas pruebas. "Me dijo que si quería difundir sobre la donación de órganos no podía dejar de estar ahí porque va mucha gente de todo el país", relató.
