Con mi señora decidimos festejar nuestros 33 años de casados con un viaje a la ciudad de Valdivia. Como era por pocos días, resolvimos hacerlo en colectivo pensando en que sería más distendido. Grave error.

Sacamos pasaje en la empresa Andesmar. Luego de una espera de cuatro horas, ya que venía con demora de Buenos Aires, logramos subir a una unidad con un sinnúmero de deficiencias: cortinas desprendidas, un baño para 53 pasajeros -y, por lógica, con escasa higiene-, el indicador de baño ocupado descompuesto y falta de agua caliente en el minibar, entre otras. Esto podría parecer secundario si no fuera por el hecho de que la unidad no reunía las condiciones mecánicas adecuadas para realizar un viaje a la zona de la cordillera ya que le era muy dificultoso ascender las pendientes, incluso para llegar a su primera escala, que era Bariloche. Por suerte allí nos cambiaron de coche.

Las deficiencias de la terminal de Bariloche, que son estructurales, ameritan otra carta aparte, pero sumaron tiempo de demora al que ya llevábamos.

Salimos de esa ciudad, donde inexplicablemente se quedó el comisario de a bordo, por lo cual las tareas de entrega de un pequeño refrigerio, la gestión en las aduanas y la extracción del equipaje de las bodegas para su control y despacho posterior tuvieron que ser realizadas por los choferes con ayuda de los pasajeros. Por suerte y con buena voluntad de todos -en especial de la aduana chilena, que nos atendió aun cuando se había pasado ya el horario máximo de atención- logramos llegar.

Si es de imaginar el cansancio de todos los pasajeros, ya que arribamos a la una de la mañana cuando el horario era a las 20, piensen ustedes en el de los choferes, que iban manejando desde Buenos Aires.

Esto que alguien podría decir que fue una casualidad, excepto la demora, se repitió en el regreso.

No puedo decir nada de los esforzados choferes que, como pudieron, suplieron deficiencias que evidentemente son responsabilidad de la empresa pero que ponen en riesgo a todo el pasaje ya que su tarea debe ser exclusivamente la de conducir.

Ricardo D. Mari, DNI 10.481.881

Neuquén