BERLÍN (DPA) - Europa quiere acudir con una sola voz a la próxima reunión del G20 en Londres y por ese motivo sus líderes dejaron atrás ayer sus diferencias y acordaron en Berlín una serie de medidas para afrontar la crisis, que pasan por un aumento de los mecanismos de control sobre todas las partes del sistema financiero.
Ante la gravedad de la crisis económica y financiera global, los representantes de los principales países europeos prefirieron hacer causa común frente al enemigo, agotar todos los esfuerzos por lograr "una nueva arquitectura financiera mundial" y llegar el 2 de abril a Londres con una postura "fuerte y común" que permita recuperar la confianza en los mercados.
"Nos enfrentamos a una crisis extraordinaria y desconocida en las últimas décadas y estamos convencidos de que sólo la podemos superar juntos", dijo la canciller Angela Merkel, anfitriona del encuentro preparatorio. "Tenemos confianza y seguridad de que pese a las dificultades que vamos a atravesar, unidos vamos a salir de la crisis para tener un nuevo orden económico sostenible", coincidió el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. "Somos todos de la misma opinión", agregó el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. No en vano, Europa es consciente de que "Londres es la última oportunidad que le queda" y por ello no puede permitirse desaprovecharla, recordó en rueda de prensa el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Así, los ministros de Finanzas y jefes de Estado y de gobierno del G20 -Alemania, Francia, Reino Unido e Italia- y los de los invitados especiales -España, Holanda, Luxemburgo-, así como el presidente de turno de la Unión Europea, la República Checa, acordaron que "ningún mercado financiero, ningún producto ni actor de los mercados quede sin regulación o vigilancia", independientemente de cual sea su sede.
Esto atañe sobre todo a sociedades privadas de inversión, a los "hedge funds" (fondos de inversión libres) y agencias de rating, en cuyo control no se permitirá "agujero alguno", según se subraya en el documento final despedido en la capital germana.
Además, los líderes europeos abogaron por una lucha eficaz contra los paraísos fiscales y los centros financieros poco transparentes y cooperadores y anunciaron que estudiarán instrumentos sancionadores. Del mismo modo se comprometieron a buscar un acuerdo para gestionar los activos tóxicos de los bancos y estabilizar con ello el sistema financiero mundial.
Otra de las señales más importantes de la "minicumbre" celebrada en Berlín fue el rechazo categórico de las tendencias proteccionistas en el comercio mundial. "El proteccionismo es sólo es un espejismo económico que acaba siendo perjudicial para todos", enfatizó Zapatero.
Los representantes de los países europeos del G20 y sus invitados coincidieron en que en los próximos meses deberá darse máxima prioridad para llegar a un acuerdo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de la "Ronda de Doha", para de esta manera "proteger de proteccionimos a la economía mundial".
De esta manera, los paquetes de impulsos económicos o planes de rescate de bancos deben implementarse de tal manera que "se reduzcan al mínimo absoluto las distorsiones de competencia".
Los líderes europeos pusieron especial énfasis también en la necesidad de concretar de manera urgente el plan de acción trazado en la cumbre financiera del G20 en Washington y con ese objetivo, se manifestaron a favor de fortalecer el papel y los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) del Fondo de Estabilidad Financiera, para que ambos órganos vigilen dicho cumplimiento.