BUENOS AIRES (DyN).- El dólar alcanzará un valor de 3,68 pesos para mitad de año y cerrará el 2009 en 3,90 pesos, según estimaron los inversores del mercado de capitales local.
Así lo destacó un análisis de Maxinver, que remarcó que "de acá a fin de año, parecería razonable que el peso argentino se siguiera depreciando entre un 10 y un 15%".
"El mercado está esperando un tipo de cambio del orden de 3,68 pesos por dólar para junio de este año, es decir, una depreciación del 5% del nivel actual; y de 3,90 para diciembre, que implica una devaluación de aproximadamente un 12%", precisó el informe.
Desde mediados del 2008 se ha presentado a nivel macroeconómico una tendencia hacia la devaluación del peso argentino. Esta conducta estuvo motivada principalmente por presiones sectoriales del agro y la industria para recuperar ventajas comparativas de precios de exportación de sus bienes, ya que la inflación local y los precios de competidores externos redujeron el atractivo de las cotizaciones de los bienes exportados desde Argentina.
También la devaluación de las monedas regionales restó ventajas de precios a los productos exportados desde el país y la conveniencia de depreciar el peso para que los recursos recaudados desde el sector público vía retenciones permitan financiar con mayor comodidad los gastos en pesos se volvió una necesidad.
Desde entonces, la política cambiaria se administró sin que la devaluación gradual del peso generara mayores preocupaciones en el público en general.
Si bien el stock bruto de reservas internacionales es cuestionado, el saldo neto es significativo. De hecho, el uso de estos recursos no fue muy relevante durante el último año, puesto que la salida de capitales se logró financiar en gran medida mediante el superávit comercial.
Según el análisis, tradicionalmente se ha analizado el precio de las monedas considerando los tipos de cambio corriente y a futuro.
Si bien estas variables merecen ser monitoreadas debido a su importancia, también es interesante incorporar al estudio las tasas de cambio implícitas en instrumentos de los mercados de capitales.
La diferencia porcentual entre los tipos de cambio implícitos en bonos y acciones respecto del contado fluctuó en el orden del 2%. Hacia noviembre del 2008 se amplió al orden de 8% pero recuperó el diferencial mencionado durante los últimos dos meses.
Considerando las razones que motivan la devaluación del peso y los precios a futuro del dólar, seguirá una tendencia hacia la depreciación de la moneda local en línea con los precios a término. Sin embargo, esta devaluación será gradual y el Banco Central la implementará en momentos de mayor tranquilidad.