ISLAMABAD (AP) - Una bomba detonada por un suicida durante el funeral de un líder chiíta en el noroeste de Pakistán mató a 28 personas y provocó un violento disturbio, dijeron ayer las autoridades.
El aumento de la violencia sectaria amenaza desestabilizar más a Pakistán en momentos en que el país enfrenta presiones crecientes para que combata el extremismo islamista. Un alto funcionario estadounidense dijo que a Washington le preocupaba que una tregua de cinco días en el valle del Swat se vuelva "una capitulación´´ a las milicias del Talibán, responsables de decapitaciones, atentados contra escuelas para niñas y ataques contra fuerzas de seguridad. La explosión sacudió a una multitud de cerca de 1.000 personas que se dirigían hacia el cementerio en Dera Ismail Khan para el entierro de Sher Zeman, un líder chiíta que murió baleado el día previo en la ciudad. El funcionario policial Ishtiaq Marwat dijo que el ataque mató a 28 personas, hirió a más de 60 y dejó zapatos y pedazos de ropa regados por una calle salpicada de sangre.
Algunos de los muertos y heridos fueron llevados al hospital en carretillas de madera. Un tiroteo estalló seguidamente y la policía dijo que chiítas furiosos dispararon contra los agentes que llegaron al lugar. Marwat dijo que dos residentes suníes habían muerto a tiros en los disturbios.
Un reportero de la AP en la ciudad escuchó la balacera y dijo que habían llegado al lugar soldados para ayudar a restablecer el orden. No hubo de inmediato una atribución de responsabilidad sobre el atentado, pero ataques recientes contra la minoría chiíta han sido obra de extremistas de la mayoría suní. Fayyaz Hussain, un líder chiíta local, dijo que los extremistas estaban tratando de iniciar un conflicto sectario. "Es otro intento por forzarnos a abandonar Dera Ismail Khan, pero nos quedaremos´´, dijo Hussain.