BUENOS AIRES (ABA).- La ministra de Salud, Graciela Ocaña, le confirmó ayer a la presidenta Cristina Fernández -en una reunión que mantuvieron en el despacho de esta última- que continuará en el cargo, después de una semana de intensas presiones que desataron una fuerte versión sobre su inminente renuncia.
"Estoy harta de las operaciones, si no me quieren me voy", fue el mensaje que hizo llegar a la Casa Rosada la ex titular del PAMI y que fuera diputada nacional por la fuerza de Elisa Carrió.
El jueves por la tarde, Ocaña recibió un llamado del "Chango" Icazuriaga, funcionario de la SIDE quien la auscultó sobre su posible salida. "Estoy con la presidenta", fue la respuesta de aquella, a lo que el espía K le espetó: "Entonces dice la presidenta que salgas a desmentir los rumores", pero la ministra no se quedó atrás. "Yo los desmiento, pero desde la Rosada los confirman".
Ocaña cree que es el ex presidente Néstor Kirchner quien quiere que se vaya por más que desde presidencia le indiquen que no está en lo cierto.
"Es que se ha peleado con medio mundo: laboratorios, sindicalistas: ¿Quiere que le salga gratis?, disparó un funcionario que la conoce, y otro que dudaba sobre la suerte de la integrante del gabinete en cuestión, agregó "Ella se da manija, se victimiza".
- "Lo que pasa, es que le dije no a Moyano, denuncié a los sindicalistas que quieren la caja de las obras sociales, a la mafia de los laboratorios, son los que quieren mi paso al costado", consideró Ocaña con una visión que comparte su círculo cercano.
La "hormiguita" como la llamaba Carrió, dice algo más: "A mi me enseñaron a cuidar lo que no es mío y es lo que hago con la caja de las obras sociales". Sonríe recordando las veces que estando en el PAMI se le pidió la renuncia pero todo quedó en el run run de los pasillos políticos. Ella terminó su gestión en el polémico organismo.
El desmentido de la víspera fue la secuencia de una polémica que desató la propia Ocaña a comienzos de la semana cuando calificó al vicepresidente Julio Cobos -y archienemigo de los Kirchner- de "una buena persona", aunque "equivocada". Para compensar, la propia Ocaña se pasó de condescendiente. Sostuvo que "Kirchner es muchísimo mejor (sic) que Barack Obama".
Por la noche, la presidenta Cristina Fernández recibió a Ocaña en la Casa Rosada. La audiencia fue interpretada como un gesto de respaldo.
Para despejar dudas, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, aseguró que en el gobierno "ninguno puso en duda la continuidad" de la ministra de Salud. "Quien pone y saca ministros es la presidenta", subrayó Randazzo. Además, en diálogo con el canal TN, el titular de la cartelera de Interior pidió que se difunda "quien fue" el funcionario que echó a rodar la versión y reconoció que los intereses afectados por la gestión de Ocaña podrían ser las usinas que empujan los rumores. "Yo no estoy agarrada de ningún sillón, yo cumplo con el lugar que el proyecto exige", aclaró Ocaña.
En declaraciones a radio La Red, la ministra dijo que está "trabajando como lo hago todos los días. Lo que pasa es que se ve que hay gente que es bastante refractaria a los cambios. Creo que lo que pretenden es frenar una gestión, pero habrá que seguir trabajando". "Sabemos de esto. Los dos primeros años en el PAMI, yo renunciaba al día siguiente, a la semana siguiente, al mes siguiente."
