No parece haber mucho margen para que el gobierno y el campo sigan enfrascados en su encarnizada y gravosa pelea, desatendiendo las iniquidades sociales -desnudadas en la localidad norteña de Tartagal tras un alud de lodo- y antes del tsunami financiero cuya llegada se anuncia desde el golpeado norte desarrollado.
El jueves las entidades de la mesa de enlace agropecuaria amagaron con una nueva y cerril protesta. Sorpresivamente la dejaron de lado luego de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se embarró junto con los humildes salteños y comparó el desamparo de los pobres estructurales con el reclamo de los que habían logrado rentas extraordinarias. A la vez, pidió "ayuda en esta etapa" y tendió la mano para recibirlos y encontrar una solución a través del diálogo.
Desde España -donde la cifra de desocupados asusta: 4 millones- ya había señalado que debía despolitizarse la cuestión y sacarla del ámbito de la violencia. Los dirigentes rurales se quejaron porque desde que se fue de la jefatura de Gabinete Alberto Fernández "no nos atienden ni los granaderos" y avisaron que habrá que modificar el esquema de retenciones si se quiere sofocar la bronca de los chacareros.
"No se puede perder esta oportunidad", recitaron casi al unísono voceros del oficialismo y los entes agrarios, que se recelan entre sí, pero saben que el próximo capítulo de la incomprensible novela doméstica se dirime en los comicios legislativos de octubre.
Por eso, no le extrañó a "Río Negro" a la salida de la entrevista del jueves pasado con el titular de la Rural, Hugo Biolcati, observar en la antesala de su despacho al ex viceministro de Economía, Jorge Todesca, un hombre que viene de la izquierda peronista y al que se vincula con Eduardo Duhalde. El ex presidente valoró la actitud de aceptar construir un puente y bregó para que la solución alcance a todos y no sólo a los amigos de la Rosada.
Duhalde, a quien se le reconoce su eficaz tarea en el incendio del 2001, es de los que tiran la piedra y esconden la mano. Fue factor preponderante de la confluencia entre Mauricio Macri, Felipe Solá y Francisco De Narváez, pero luego negó la autoría intelectual de esa trilogía intelectual anti K, quizá porque gracias a su dedo se le abrió a Néstor Kirchner el camino hacia la primera magistratura en el 2003.
A grandes rasgos, las fuerzas que se proyectan son tres: el kirchnerismo en el poder, sentado en una "caja" que seduce a gobernadores e intendentes; la coalición que arma Elisa Carrió con los socialistas y la UCR que espera la reinserción del vicepresidente Julio Cobos; y el justicialismo disidente que ha logrado acercar al jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, para que con la popularidad ganada durante su paso por Boca Juniors influya en la captación de votos en el primer cordón bonaerense.
Por ahora son todos aprestos e idas y vueltas con mucho olor a oportunismo. Hay funcionarios K que coquetean con Duhalde, Macri y Solá, orejeando las cartas. Si la Argentina sortea indemne el vendaval económico, no dejarán de cobijarse en las aletas del matrimonio pingüino. Pero si la tormenta, desestabiliza el proceso abierto en el 2003, no dudarán en buscar nuevos líderes.
En un acto en Almirante Brown, como jefe del PJ, Kirchner denunció que la oposición pretende "atarle las manos a Cristina" para que se frustre el actual modelo. También les exigió responsabilidad a los grandes grupos económicos y les avisó que "no deben tocar un solo empleo". Demandó también trabajar por un Congreso que colabore con la presidenta "y sea leal".
A todo esto, ¿qué dice el campo? ¿Formará su propio partido? Biolcati le explicó a "Río Negro" que, pero que a partir de ahora habrá escuelas para que productores de "la segunda línea" aprendan cómo participar en distintos partidos y, una vez en el parlamento, constituir un interbloque sujeto a los "mandamientos" del sector. "Las elecciones del 2009 -sentenció- son cruciales. Serán una bisagra y servirán para nivelar un poco el Poder Legislativo para que el ejercicio de la democracia no se vea acotado".
Las figuras de mayor relieve se preservarán en las entidades, aunque no se descarta que alguna incursione en el terreno electoral. Biolcati también propone dedicar por lo menos un día para fiscalizar el acto comicial y contrarrestar las sospechas de irregularidaes. "No podemos invocar un supuesto fraude, si nos quedamos en nuestras casas viendo televisión", dijo.
Con la Federación Agraria, los Kirchner tienen una inquina especial. A Eduardo Buzzi lo consideraban de la propia tropa -al igual que Felipe Solá- y no le perdonan la "traición". De allí que haber convertido en gratuitas las cartas de porte, significó un duro golpe para la FAA.
Al discurso agresivo de Kirchner, siguió el más conciliador de Cristina y eso desubica a los dirigentes agrarios, pues hacia adentro no contienen el malestar de sus bases, y hacia fuera no son comprendidos por el resto de la sociedad, que caído "el muñeco de la 125", tiene otras urgencias. La presidenta le anticipó al gobernador Hermes Binner -mimado del campo- que es imposible suspender las retenciones por 180 días porque provocaría un agujero fiscal enorme. Sin embargo, alguna concesión está dispuesta a hacer. A esta altura sólo deberían esperarse gestos de buena voluntad que faciliten el desarrollo armónico y pacífico del país. Sería lo más inteligente.
ARNALDO PAGANETTI
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