Una bomba estalló el viernes entre una procesión funeral por un líder chiíta en el noroeste de Pakistán, matando al manos a 25 personas y lesionando a decenas más, dijeron funcionarios. El aumento de la violencia sectaria amenaza desestabilizar más al países nuclearizado al tiempo que se esfuerza por contener una creciente insurgencia islamista ante la presión internacional.

La explosión sacudió a una multitud de cerca de 1.000 personas que se dirigían hacia un cementerio en Dera Ismail Khan para asistir al entierro de Sher Zeman, un líder chiíta que murió baleado el día previo en la ciudad.

Ashiq Salim, médico en el hospital principal de la ciudad, dijo que han llegado al nosocomio 25 cadáveres desde el ataque ocurrido la mañana del viernes y que están atendiendo a 60 personas que resultaron lesionadas.

La policía dijo que personas enojadas por el ataque dispararon a agentes que se apresuraban al lugar, donde imágenes de televisión mostraban una calle ensangrentada llena de zapatos y ropa destrozada. Un reportero de la AP en la ciudad escuchó la balacera y dijo que habían llegado al lugar soldados para ayudar a restablecer el orden.

No hubo de inmediato una atribución de responsabilidad sobre el ataque. Las relaciones entre la fuerte mayoría sunita de Pakistán y la minoría chiíta están bajo una tensión creciente por una serie de ataques atribuidos a extremistas sectarios.

En el ataque mortal más reciente, un carro-bomba mató a 29 personas y lesionó a muchas más cerca de una mezquita chiíta en Peshawar en diciembre. El 5 de febrero, un suicida cargado de explosivos mató a 24 personas en una mezquita chiíta en una ciudad del centro del país.

AP