Jueves 19 de Febrero de 2009 Edicion impresa pag. 19 > Municipales
Demandan al municipio de Zapala
Una empresa reclama 90.000 pesos por aparentes irregularidades en un proceso de decomiso de mercadería realizado en enero.

ZAPALA (AZ).- El municipio de Zapala deberá pagar alrededor de 90.000 pesos si prospera una demanda impulsada por la empresa Surfrigo quien reclama por aparentes anomalías cometidas en un proceso de decomiso de mercadería realizado en enero pasado.

Julián Álvarez, abogado patrocinante de la firma, enumeró una serie de ilegalidades cometidas durante el operativo desarrollado por personal de Bromatología y advirtió que las misma configuran un "hecho gravísimo".

El tema está en manos del Juzgado de Faltas, pero Álvarez anticipó que la empresa llegará "hasta las últimas consecuencias" y en caso de ser necesario elevará una demanda judicial por lucro cesante y daños y perjuicios.

El hecho se produjo el 19 de enero pasado cuando un camión de la empresa Surfrigo se presentó en la delegación local de Bromatología para realizar el control habitual previo al ingreso de mercadería a la localidad.

Según la versión de la firma, los empleados municipales que revisaron la carga cometieron varios errores.

"En primera instancia tomaron la temperatura ambiente con un termómetro de los denominados ´pinchacarne´ que no están habilitados para este fin", aseguró Álvarez.

El abogado reveló que la temperatura de los productos transportados en el furgón térmico, carne, chacinados, hamburguesas y helados, era la estipulada y que el reloj de la unidad marcaba claramente este registro. Álvarez criticó además la decisión de las autoridades del área de Bromatología municipal de convocar a los medios de comunicación para dar publicidad del caso.

"Por cada medio que llegaba se abrían las puertas del furgón y se llegó al extremo de permitir que un camarógrafo se subiera a tomar imágenes", dijo. También se encargó de aclarar que, a diferencia de lo que se había manifestado desde Bromatología, la carga decomisada era de unos 3.000 kilos.

"El proceso de desnaturalización de los productos también estuvo mal realizado ya que no se asentó en el acta de procedimiento la nómina de los mismos y tampoco se analizó la composición de los materiales para determinar si podían ser utilizados en otro ámbito, simplemente se los arrojó en el basurero", advirtió el profesional.

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