CIPOLLETTI (AC).- Ya es una certeza que la situación estructural y económica de la Asociación Bomberos Voluntarios de Cipolletti es grave, con la indefensión que ello significa para los 85.000 habitantes de la ciudad.

Hace pocas horas se quemó una casa porque la dotación -que tiene un sólo transporte cisterna y un único autobomba- se quedó sin agua. Sin siquiera pensar lo que sucedería ante un desastre de proporciones, por lo pronto si hay dos siniestros de intensidad mediana o chica a la vez, uno quedaría librado a la suerte de lo que hagan los vecinos.

Otras autobombas, otros camiones y rodados menores se apilan, inutilizados por desperfectos casi insalvables.

Pero lo más grave es que no se están utilizando, y se han descuidado de manera incomprensible, varias alternativas que hasta hace unos años le significaban a la asociación fuentes de ingresos importantes, como el alquiler del salón y los réditos por rifas.

Por caso, el amplio salón que da sobre avenida Alem, cuyo alquiler se lo disputaban como un tesoro para fiestas de todo tipo y representaba plata "contante y sonante", ahora sólo genera disgustos.

Santiago Rossi, el propio presidente de la ABVC -una ONG, que depende de la Federación de Bomberos con sede en Bariloche- reconoció que el salón, con capacidad para 400 personas sentadas y unas 800 de pie (que en los años últimos fue escenario de actos políticos) se encuentra sin uso por "problemas de cloacas".

Sin embargo, se supo que no sólo ese problema afecta al complejo. El exterior expone un deterioro notable, existirían inconvenientes en el techo y en los baños e incluso no estaría para uso inmediato el mobiliario. Las cortinas bajas son un símbolo de lo que sucede.

También el propio Rossi reconoció que desde el Congreso de la Nación, por una gestión de la senadora María Bongiorno (Frente Grande), habían llegado el año pasado 100.000 pesos pero que se encontraban en el municipio.

Consultado el secretario de Economía, Isaías Kremer, informó que se estaba gestionando la compra de una autobomba, para cuya adquisición el gobierno local inyectará en la operación el dinero que resta para un vehículo de esas características.

En este fárrago de carencias, , hay una rifa tercerizada, que le debería dejar a Bomberos Voluntarios varios miles de pesos al año, aunque el tesorero Benito Enei dejó entrever que no sería una cantidad significativa. Tajante, Rossi aseguró que "es la última rifa" que se autorizará.