Jueves 19 de Febrero de 2009 Edicion impresa pag. 37 > Deportes
Bienvenido a la jungla

Independiente y Racing se aprestan a disputar este sábado uno de sus clásicos más condicionados de los último tiempos, tal vez aferrados a un empate, porque los entrenadores de los dos equipos, "Pepé" Santoro y el "Chocho" Llop, son conscientes de que una nueva derrota podrá significar su despido.

Son las reglas de la jungla ya no exclusivas del fútbol argentino. Basta repasar los campeonatos de fútbol de otros países, inclusive de la Liga inglesa, donde el trabajo del "míster" era mucho más respetado, para advertir que la jungla es cada vez más amplia. Si hasta la millonaria Liga del basquetbol de Estados Unidos (NBA) ha caído en la moda.

El ingreso de nuevos actores, en especial de millonarios que saben poco del deporte y lo único que les interesa es lograr una rápida renta de su inversión, ha cambiado definitivamente las reglas del juego. Ayer mismo, el presidente de la UEFA, el francés Michel Platini, pidió ante el Parlamento Europeo que acepte la implementación en el fútbol del Viejo Continente de topes para las trasferencias y los salarios de los jugadores.

Estos nuevos actores, dijo Platini, sin citarlo, pero aludiendo claramente al emirato de Dubai que adquirió al Manchester City y quiso comprar a Kaká por 100 millones de euros, están desnaturalizando el escenario y, si nadie los frena, amenazan con dejar al fútbol en un estado de "implosión financiera", afirmó Platini.

Los entrenadores, así las cosas, han reforzado ante estos nuevos patrones su condición de primer fusible, por lo que cuidan como nunca su trabajo, acatan como nadie las órdenes y, para peor, se encuentran del otro lado con jugadores rebeldes, a veces millonarios precoces o cracks de fama, que también les plantan bandera.

La presencia de Diego Maradona en la selección, que suscitó polémicas y resistencias inevitables en el inicio, parece ahora, paradójicamente, como una especie de barrera ante tanto avallasamiento. El rechazo de la AFA a la inclusión de Oscar Ruggeri en el cuerpo técnico no puede considerarse exactamente un avallasamiento, sino un límite a sus funciones. Además, Maradona, consciente de que casi ha comenzado de cero, inició su trabajo con pies de plomo, no sólo con la AFA, sino ante todo con los jugadores, porque quiere ganarse enteramente la confianza del plantel.

Por eso, mucho más que el resultado (auspicioso por cierto) y que el juego (por momentos muy discreto), la Argentina que ganó 2-0 a Francia en Marsella dejó dos puntos interesantes para el análisis: 1) el Maradona-DT estará mucho más cerca del Bilardo modelo México 86 que del Menotti modelo 78. Será un equipo posicionalmente cauto, serio dentro de la cancha y esperando tal vez alguna genialidad (de Lionel Messi) para desequilibrar cuando sea su momento.

Y 2) el Maradona-DT no sólo querrá ganarse la confianza de los jugadores, sino también su respeto. Pero no el respeto del lugar común porque "Diego es un monstruo" y si él habla "todos quedan imantados". La frase que pegó para que vieran sus jugadores en los vestuarios de Marsella marca una línea: "No hay titulares. Titular es la camiseta". No buscó motivar a sus jugadores con slogans infantiles (pegando declaraciones ofensivas del DT rival o críticas de la prensa, como hacen muchos). Maradona lo hizo imponiendo autoridad. La autoridad que debe tener todo DT.

 

EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES

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