El desembarco de China en Sierra Grande se puede contextualizar, en primer lugar, en la necesidad del gigante asiático de proveerse de materias primas y recursos naturales para sus propias industrias. Y, en segundo término, en la acción internacional más activa de sus grandes empresas estatales en la búsqueda de oportunidades para acceder a recursos, producirlos y exportarlos trasladándose allí donde se encuentren.
Como tercer factor hay que mencionar los intereses chinos en América Latina: saben muy bien que nuestra región es rica en recursos naturales y materias primas. Y en esa búsqueda estratégica de insumos, es una zona que les atrae mucho. Por eso también extraen estaño de Bolivia, mineral de hierro de Perú y cobre en Chile, como la parte regional de un posicionamiento global.
La inversión en Sierra Grande es la más importante de China en la Argentina. Y por eso, un caso testigo para saber si hay confiabilidad, cómo funcionan su management y la administración de la mina, si paga el canon y cómo cumple en relación con las inversiones subsidiarias en logística e infraestructura.
Hay que destacar que se ha recuperado una industria que da nueva vida a la provincia y al municipio.
Por otro lado, hay un gran debate en América Latina. Por sus índices de crecimiento, China aparece como una potencia que contribuyó a las mejoras de los precios de las materias primas y los commodities, lo que les vino muy bien a las finanzas argentinas. Pero, como la India, es una plataforma manufacturera que quiere alcanzar la máxima tecnología a mediados de siglo.
La pregunta para la Argentina y para la región es cuál es la mejor manera de insertarse en esta nueva división internacional del trabajo.
SERGIO CESARÍN (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Investigador del Conicet