PLAZA HUINCUL (ACC) - La preocupación que existe por la situación que atraviesan las empresas de servicios petroleros movilizó a las distintas entidades. Los comerciantes, que reciben el derrame de la renta petrolera, convocó a través de Acipan a una reunión conjunta con la FEEN y las cámaras de comercio que funcionan en el interior provincial.
El llamado surgió luego de una reunión que se concretó ayer en Acipan con los representantes de CEIPA -que nuclea a las empresas de servicios petroleros y afines-. La entidad neuquina se interiorizó sobre el estado de las gestiones y los resultados obtenidos por los empresarios de servicios petroleros, teniendo en cuenta la disminución que se observa en la actividad y el consiguiente despido de personal que se genera a diario.
Los integrantes de Acipan mostraron "su preocupación por el fuerte impacto que acarrea en los comercios y las industrias relacionadas directa o indirectamente con la actividad". Y expresaron su voluntad de seguir de cerca los resultados de las acciones encaradas.
Otro de los puntos abordados y que genera preocupación en el sector, según se mencionó es la "inserción de empresas de origen no neuquinas recientemente radicadas que avanzan sobre los contratos de las genuinas neuquinas". En el marco de las acciones que programaron figura para la semana próxima la convocatoria a una reunión conjunta con la FEEN y las cámaras de comercio que funcionan en el interior provincial. El objetivo es "aunar esfuerzos para prevenir consecuencias que afectan la actividad económica regional y la población en su conjunto".
CEIPA advierte la situación desde hace un tiempo. Lanzó la voz de alerta la semana pasada para que las autoridades locales se interiorizaran de la situación.
Los empresarios sostienen que están en peligro 600 de las 2.000 fuentes laborales que se generan por la actividad petrolera. Existe un grueso de trabajadores que desde diciembre empezaron a sufrir las consecuencias de la merma en la industria. Esto implica que si bien no fueron despedidos, deben permanecer en sus hogares y cobrar los sueldos mínimos, con una importante restricción en sus ingresos por la falta de ítems que se les paga mientras están en el campo, en plena actividad.