Lunes 16 de Febrero de 2009 Edicion impresa pag. 18 > Internacionales
Obama, cómo encarrilar la crisis en una "guerra fría" opositora
El plan de estímulo es su gran carta para el cambio, pero la resistencia republicana augura dificultades.

WASHINGTON (AFP) - Pasadas cuatro semanas de una carrera desenfrenada, el presidente estadounidense Barack Obama puede enorgullecerse de la victoria con la aprobación del plan de rescate, pero la crisis económica sigue y Obama debe enfrentar el rechazo de los republicanos a la mano que les tendía.

Antes de haberse cumplido la cuarta parte de los primeros 100 días de su mandato, Obama actuó a una velocidad deslumbrante. Una de las pruebas es la aprobación por el Congreso de un gigantesco plan de rescate financiero de 787.000 millones de dólares.

Pero las esperanzas de cambios veloces como los prometió durante su investidura siguen amenazadas por la mayor recesión desde los años 1930 y una especie de "guerra fría" entre los partidos políticos.

El primer presidente estadounidense negro reconoce que su presidencia depende del éxito incierto de su plan para enfrentar la crisis económica. De hecho, ya advirtió que ésta era tan sólo una primera etapa. Pero su joven gobierno ya fue golpeado por la destitución de tres de sus candidatos. Asimismo, la nueva versión del plan de rescate dejó a los mercados indiferentes.

La semana pasada, Obama tuvo que retomar la iniciativa sobre el plan de reactivación para enfrentar la resistencia inesperada y particularmente dura de los republicanos.

Pero las críticas hacia el gobierno de Obama podrían ser más crueles dentro del Congreso que afuera de Washington: el presidente fue recibido calurosamente por el público la semana pasada en Indiana, Illinois y en Florida, donde viajó para defender el plan de rescate. "El equipo de Obama sale bastante bien parado pero el camino estuvo plagado de grandes emboscadas", estima Costas Panagopoulos, profesor de ciencias políticas en la Universidad Fordham de Nueva York (noreste). Según un sondeo Rasmussen publicado el viernes, el 60% de los encuestados aprueba las acciones del presidente.

Al tiempo que trabajó con vehemencia, el presidente supo mantener la calma en plena tormenta e impresionó cuando admitió que había metido "la pata" tras retirarse Tom Daschle, su candidato para la Salud, envuelto en un escándalo fiscal.

Obama ganó puntos en cuatro semanas con la firma del decreto para el cierre del centro de detención de Guantánamo, legislando sobre la cobertura de salud para los niños y sobre la igualdad salarial entre mujeres y hombres. Pero el presidente, quien había prometido el fin de las batallas partidarias, tuvo que poner un freno a sus aspiraciones. Ni un solo republicano votó a favor de su plan de rescate en la Cámara de Representantes y tan sólo tres lo hicieron en el Senado. La retirada del senador conservador Judd Gress, candidato a secretario de Comercio, también fue un golpe duro para Obama. "Para existir, la política bipartidaria necesita a ambos bandos y los republicanos no parecen dispuestos a entrar ", explicó Panagopoulos.

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