Domingo 15 de Febrero de 2009 Edicion impresa pag. 22 > panorama rionegrino
Sensaciones peligrosas
La Unter se encamina al paro y Saiz quiere esa batalla. Los aliados que ya no son y se profundiza la interna oficial.

Un frente de pesimismo se abate en el oficialismo. Los embrollos se acumulan. La Unter merodea por las calles con un único rumbo: paro para el inicio de las clases, previsto para el próximo lunes 23.

Los intendentes amigos se animan y espolean al gobierno de Saiz, reclamando las prácticas que nunca llegan. El espejo que refleja la peor imagen.

El oficialismo se abandona en la pugna del poder. Dina Huapi aparece como el gran escenario político. Esos 1.200 electores prometen una prueba de fuerza de grupos internos.

El gremio docente se encamina al "no inicio" del ciclo escolar. La Unter podría formalizar esa decisión ya en el Congreso del miércoles.

Río Negro integra el primer turno del cronograma educativo del país. El gobierno se aferra a la paritaria docente nacional, que se abrirá el jueves y no aportará nada a tiempo. Ese resultado edificaría la estrategia salarial rionegrina frente a penurias propias.

Saiz se encomienda al laudo nacional en su negociación con los docentes. Confía en dos ramificaciones: un auxilio federal a la provincia frente a nuevas pautas remunerativas que acuerden CTERA y la cartera de Juan Tedesco y prevé la gestión K para que el gremio nacional sujete a sus organizaciones provinciales.

La Unter lo detecta y, por eso, la delegación rionegrina fue de las más críticas con la conducción de CTERA en el Congreso del viernes en Comodoro Rivadavia.

La dificultad es la plata, repite el gobierno. Río Negro recibió esta semana 24 millones de Nación del acuerdo financiero. Espera otro monto similar en febrero, reservado al cronograma salarial.

Hacienda no garantiza nada, si existen subas salariales, asustan. La Justicia se adelantó y delineó una suba del 10%, encuadrada en la pauta de la Corte Suprema (5% pendiente y otro 5% por este año).

Febrero igual estará marcado por la compulsa gobierno-Unter. Saiz eligió esa batalla. El martes, por una marcha gremial, ironizó que "parece que los docentes volvieron de las vacaciones". El viernes declaró que muchos maestros cobran más que él. Demasiado pronto para semejante crispación.

Existen problemas y son manejables, siempre que se los maneje. El diálogo y la comunicación son pasos insoslayables en esa materia. El gobierno naufraga ya en esa instancia.

El intendente barilochense Marcelo Cascón reclamó el diálogo para los docentes. Habló por ellos y por él. Días atrás, el radical deambuló por Casa de Gobierno, pero no consiguió juntarse con Saiz.

Tampoco está satisfecho otro jefe comunal aliado, aunque no padezca esos desplantes. El cipoleño Alberto Weretilneck se queja por el desamparo de respuestas gubernamentales. Se concentró en la seguridad. Los delitos en Cipolletti no le ofrecen respiro. Weretilneck criticó el accionar policial y reclamó la renuncia del jefe, Víctor Cufré.

Weretilneck percibió una causa inmejorable para alejarse del gobierno de Saiz, puntualmente de un sector del oficialismo.

No logrará más que una delimitación política. Cufré goza de la garantía de permanencia. Lo cobija la confianza de Saiz. Trabaja por su perpetuidad y, para eso, consolida su autoridad. Ante una diferencia funcional, Cufré eyectó de la fuerza al subjefe Ramón Dutra.

Gobierno -como Weretilneck- dispone de informes de la complicidad de uniformados en los delitos en Cipolletti. El ministro José Rodríguez y el intendente vieron esos datos cuando el jueves se juntaron. La reunón concluyó con el reiterado pedido del cipoleño del alejamiento de Cufré. Por lo visto, Rodríguez poca creencia logró en el jefe comunal. El ministro divisa en esa actitud una motivación política.

Esa certeza hay que indagarla en los dichos del intendente. Atacó al gobierno, se alineó con la Concertación, rompió con el justicialismo en Río Negro y se definió devoto del kirchnerismo. Una insignia de la confusión general.

El cipoleño trazó su lugar en el oficialismo; aquel escogido por el "proyecto generacional", que alinea al aún presidente del bloque, Daniel Sartor; al ministro Pablo Verani y, entre otros, al legislador Iván Lazzeri y al intendente Jorge Ferreira.

Weretilneck se sumerge en la interna del oficialismo.

Esa contienda que redundará también en los ajetreos del bloque y la elección de Dina Huapi.

Sartor se irá de la conducción, pero permanecerá en el poder de la bancada. Lazzeri será el próximo presidente. Consciente de su debilidad, el gobernador desistió de la incondicional Adriana Gutiérrez y seleccionó a ese legislador crítico. Lo conoce bien, pero hoy casi no se hablan. Desde que Lazzeri se fue de Gobierno -hace 14 meses- sólo cruzaron frívolas charlas de fútbol. El diputado asumió una actitud condenatoria del camino gubernamental.

Tiene su contracara. Parece que no bastó, pero una fuerte fracción del gabinete -como la del secretario general Francisco González- resistió la promoción de Lazzeri. Éste promete lo suyo. Estaré con el gobernador, pero un paso detrás del gabinete, repitió en las últimas horas.

Aun los infinitos apremios externos, Dina Huapi asimila igual escena. Sectores oficiales se enfrentarán con dos candidatos: la UCR propone a Leo Domínguez y el gobierno sostiene la candidatura del comisionado Hugo Cobarrubias. Cada gesto oficial se reduce a esa pugna sectorial.

Un paisaje provocativo ante la restante inacción. Saiz confirma que poco hará para cambiar ese contexto. Hay que encomendarse a la postura del resto del poder. Todavía prevalece la comodidad y la obsecuencia. Esta alineación ya es llamativa cuando los defensores de la gestión provincial son una especie casi en extinción en el oficialismo.

El gabinete parece más muerto que vivo, porque nadie encuentra en el gobierno de Saiz un efectivo sistema en la toma de decisiones.

Ni hablar de los peligros que fluyen y los otros programados.

La Unter se instalará con el suyo y la Defensoría del Pueblo actualizará su asalto a la gestión de Saiz en su exposición legislativa del 27 de febrero. Nada concluirá ahí. Lo sabe el aparato oficial y está atemorizado. El gobierno conoce que Ana Piccinini acopió recientemente, en La Plata, documentación de bienes que ex y actuales funcionarios rionegrinos registran en Buenos Aires. Tienen motivos para preocuparse.

El oficialismo sabe que hasta el optimismo requiere de argumentos. Y ya no los encuentra.

 

ADRIÁN PECOLLO

pecollowa@yahoo.com.ar

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