BOGOTÁ (AFP).- El presidente colombiano, Alvaro Uribe, descartó un canje de 22 militares y policías por guerrilleros de las FARC presos y ordenó intensificar las operaciones para rescatarlos, generando preocupación en familiares de rehenes y promotores del intercambio. "A partir de hoy con el Ejército y la Policía intensificaremos la presión sobre los secuestradores terroristas de las FARC hasta que liberen a nuestros soldados y policías", dijo Uribe en Medellín (400 km al noroeste de Bogotá).
El mandatario había descartado ayer el canje exigido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que la semana pasada liberaron a tres policías, un soldado y dos políticos, y llamaron a "persistir" en el intercambio.
"El único acuerdo humanitario que se acepta es que liberen unilateralmente y de inmediato a todos los secuestrados", advirtió Uribe. Su asesor José Obdulio Gaviria aseguró que unos 125 insurgentes presos planean renunciar a las FARC y acogerse a una ley de beneficios jurídicos que establece una pena máxima de ocho años de cárcel. Desde enero de 2008, el presidente mantiene una orden a las tropas para que tiendan cercos en las zonas selváticas donde están los rehenes, para presionar su liberación mediante un "procedimiento humanitario".
El jueves la senadora opositora Piedad Córdoba, a quien le fueron entregados los seis cautivos, señaló que aspira a lograr el canje antes de mayo.