Jueves 12 de Febrero de 2009 Edicion impresa pag. 36 > Deportes
En Marsella, la Argentina del "10" fue sólida y muy contundente
Noche perfecta para iniciar la era Maradona-Messi. Jonás abrió el camino y La Pulga le puso el moño.

La prueba de fuego pasó y el saldo es más que positivo, porque Argentina no sólo venció a Francia en su casa, también tuvo momentos de buen fútbol y jugadores en gran nivel. El 11 de febrero de 2009 pasará a la historia como el día que Maradona dirigió por primera vez a Lionel Messi, llamado a ser su sucesor, y que ayer clavó un golazo con su sello.

El primer tiempo fue intenso en Marsella, que comenzó con dos equipos estudiándose. Ambos propusieron un partido friccionado, con mucha marca y presión. En ese contexto, la pelota se maneja prolijamente por ambos lados. A Argentina aún le falta cuajar como equipo, y es lógico que así sea teniendo en cuenta que con Maradona al mando los muchachos practicaron casi nada.

Eso se notó a la hora de coordinar los movimientos, tanto defensivos como ofensivos. Lionel Messi, lógicamente, es quien puso música al ataque, aunque sus aportes solistas fueron demasiados. En los primeros 45 el rosarino zigzagueó por diferentes sectores, se mostró y por su magnetismo muchas veces terminó como receptor cuando la mejor opción era otra.

Ribery, el as francés, alertó a los 7, cuando avergonzó a Papa y Heinze, dos que inicieron con dudas, y disparó a las manos de un siempre seguro Carrizo. Les Bleus tenía predominio en la mitad y tres minutos más tarde un centro que partió desde ese sector y que rechazó de cabeza Martín Demichelis, figura de la cancha, casi termina en gol de Henry.

Sobre los 15, Messi armó una jugada digna de su prestigio. Sergio Agüero, que actuó con intermitencias, se la cedió y se llevó todas las marcas. La Pulga se sumegió en la área haciendo malabares y su exquisita definición terminó en una salvada providencial de Gallas. Una obra que concluiría 67 minutos después.

Francia, una sombra del campeón mundial ´98 y el subcampeón ´06, pudo golpear a los 30, con un mano a mano que Carrizo le ganó a Anelka, y a los 32, con otra apilada de Ribey que atajó el "1". Pero el que golpeó fue el albiceleste, tras un enganche y remate mortal de Jonás Gutiérrez, hasta ahí desaparecido.

Con el gol del carrilero de apellido bíblico Argentina se tranquilizó. Heinze se afirmó, Demichelis rechazó todo lo que le tiraron, Mascherano tomó el medio y Gago comenzó a hacerse del balón. Entonces Messi se relajó y esperó para dar el zarpazo definitivo. Francia, mientras tanto, sentía la ausencia de "Scarface" Ribery y comenzaba a sentir las críticas de la tribuna.

En la segunda parte los dirigidos por Diego Armando movieron el balón, robustecieron las sociedad y esperaron por un contragolpe letal.

En los últimos 15 se lució por momentos, más suelto y resuelto, y sobre los 37 Carlitos Tevez, con apenas 120 segundos en cancha, dialogó a la perfección con Messi y La Pulga burló a toda la defensa "gala" para poner el 2-0 y detonar una explosión de silbidos y de pedidos de renuncia para Raymond Domenech.

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