Jueves 12 de Febrero de 2009 Edicion impresa pag. 28 > Sociedad
Dramático rescate de una nena en la Isla Jordán
La corriente se llevó la canoa donde dormía. Su padre nadó tras ella por el río. Los rescataron a ambos.

CIPOLLETTI (AC).- "Yo rogaba que no se despertara", dijo ayer el papá de una nena de 3 años que quedó a la deriva en el río Negro cuando estaba durmiendo dentro de una canoa. En la desesperación, el hombre se arrojó al agua y nadó tras la embarcación, enfrentando remolinos de los que creyó no salir. Casi media hora después personal de Prefectura los encontró a unos mil metros de donde comenzó la odisea. La pequeña, aún dormía.

El caso causó conmoción en Cipolletti y convocó a Prefectura, Bomberos, Policía y Protección Civil en la zona de la balsa de la Isla Jordán, sitio no muy lejano del lugar de la desaparición.

Horacio, el papá de la nena, le contó a "Río Negro" que habían salido desde proximidades del puente, en Neuquén, con la idea de acampar. Iban aguas abajo cuando cerca del balneario cipoleño encontraron una isla que les gustó. Dejaron la canoa "trabada en la arena" y se pusieron a bajar las cosas. Eran cerca de las 19.

Su mujer y su hija de 8 años ayudaban con los preparativos mientras Paloma, de 3 años, dormía en la embarcación. Pensaban bajarla cuando estuviera la carpa lista pero "en un segundo" la correntada se la llevó.

"Ahí empecé a nadar y a tratar de alcanzar la canoa, pero no hubo forma", recordó Horacio Navarro (de 39 años) minutos después de que los médicos lo revisaron y comprobaron que sólo tenía un gran cansancio y rasguños en las piernas provocados por las ramas.

Uno de los celulares que llevaban estaba en la canoa pero por suerte su mujer encontró otro en una mochila que habían bajado. Desde allí pidió ayuda.

"Yo rogaba que no se despertara", siguió narrando Horacio, tras asegurar que siempre tuvo la canoa a la vista, pero no a su alcance. "Hice dos cruces del río", afirmó. A pesar de que no tenía práctica de nado, la desesperación lo impulsó.

Justo en ese lugar el río hace como una curva y cada vez que quería pasar por allí la correntada lo llevaba "hacia unos remolinos".

"Para salir de los remolinos era terrible. Dos o tres veces pensé que no llegaba, que me ahogaba", reconoció. Para colmo cuando salió corriendo al ver que la canoa se iba ni siquiera pensó en ponerse el chaleco salvavidas que había llevado para realizar la travesía familiar.

La canoa finalmente fue hacia un sector más bajo del río y encalló. Como Horacio veía que no podía cruzar hasta allí, salió del agua.

Y poco después apareció Prefectura, que no estaba muy lejos porque se encontraba realizando el Operativo de Verano.

"La nena todavía dormía. Estaba tranquila, bien", contaba la gente de Prefectura, emocionada por el afortunado rescate en proximidades de Colonia María Elvira.

Horacio, agotado, fue llevado luego hasta el sector de la balsa de la Isla Jordán donde lo revisaron los médicos.

-¿Venían siempre a acampar a esta zona? -le preguntó este diario.

-No, cuando teníamos la nena más grande hacíamos bajadas sobre el Limay. Y desde que nació ella (Paloma), la más grande se quejaba porque no podíamos hacerlo, porque estaba la otra más chiquitita. Esta era la primera bajada con ella. Por suerte ni se enteró", dijo más aliviado.

Y se marchó para reencontrarse con su familia.

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