Un duro contrapunto se produjo ayer entre industriales argentinos y brasileños, luego de medidas adoptadas por el gobierno argentino para proteger a la producción local de la más comptitiva fabricación del país vecino.
El presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), Osvaldo Rial, sostuvo que los industriales brasileños "deberían preocuparse por China antes que por Argentina", ya que la balanza comercial bilateral favorece ampliamente al principal socio del MERCOSUR.
Así respondió Rial a los reclamos del presidente de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP), Paulo Skaf, quien pidió al gobierno de Lula da Silva que adopte "represalias" contra la Argentina, tras la decisión de la Aduana local de restringir el ingreso de 800 productos.
La Aduana aumentó en las últimas semanas el valor criterio de unos 800 productos de importación, una medida precautoria que supuestamente busca combatir la evasión fiscal y la subfacturación. Sin embargo, para los brasileños se trata simeplemente de barreras paraarancelarias que contrarían el espíritu del Mercosur y recordaron que hace apenas semanas el gobierno de su país decidió retirar una medida similar ante las críticas de los socios del bloque.
"Más que por Argentina, los industriales brasileños deberían preocuparse por China que es la verdadera amenaza para las industrias regionales", indicó Rial. El también vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) destacó que "Argentina acumuló en 2008 un déficit comercial de 4.300 millones de dólares con Brasil, y si se toma solo a las manufacturas de origen industrial, ese desequilibrio trepa a 7.500 millones". "Somos absolutamente deficitarios con Brasil", concluyó Rial.
"Nosotros estamos de acuerdo con los valores criterio establecidos por la Aduana, son correctos y buscan atacar la subfacturación", remarcó Rial. Puntualizó que en la UIPBA se recibieron "muchas denuncias de maniobras de subfacturación provenientes de Manaos (zona franca de Brasil) y hay que atacarla porque es competencia desleal".
Por su parte, el barsileño Skaf reclamó "defender los empleos en Brasil. Sobre la Argentina, por ejemplo, tenemos que imponer restricciones". Sin embargo, el canciller Celso Amorim advirtió que "propagar el proteccionismo no es remedio, al contrario, es un veneno que agrava aún más la situación". Skaf se quejó por la aplicación de licencias de importación del gobierno argentino. "Tenemos que responderle con la misma moneda", declaró.