SENILLOSA (AN).- El atrincherado cabo primero Maximiliano Arias depuso ayer su actitud después de tres tensos días y tras una charla de 35 minutos con un mediador y ofreció entregarse directamente ante el juez de Instrucción Cristian Piana.
Arias, tiene 30 años y 10 de servicio en la fuerza policial donde se desempeña en la Dirección de Tránsito. El hombre residía en Senillosa junto a su esposa y sus dos hijos de 11 y 7 años hasta hace siete meses cuando fue sacado de la vivienda con una medida cautelar de exclusión, de acuerdo a la ley 2.212. La medida fue producto de denuncias formulada por la mujer de violencia familiar.
Los últimos siete meses Arias estuvo viviendo con su madre hasta el sábado cuando se subió a su Torino negro, cargó distintas escopetas de cacería y el arma reglamentaria, y salió a recuperar su casa.
El cabo embistió con el auto la cerca de la vivienda e ingresó a los tiros con la nueve milímetros y sacó bajo amenaza a la ex mujer y sus hijos. Después se atrincheró y no quiso hablar con nadie. Sólo su jefe director, el comisaría Ricardo Navarrete, pudo dialogar con él en un par de ocasiones hasta que en la tarde del domingo aceptó hablar con una mediadora.
Por orden del juez al hombre se le cortó la luz y se le negó la posibilidad de que le acercaran víveres.
Ayer, Arias, alrededor de las 12.40 comenzó a dialogar con un mediador por la ventana de la casa y a las 13.15 finalmente el cabo abandonó el hogar para subir a un vehículo particular que lo llevó hasta el Juzgado de Instrucción Nº 4 donde se entregó ante el juez Piana.
El magistrado de inmediato lo notificó de su detención y libró dos órdenes de allanamiento para secuestrar las armas y cualquier otro tipo de prueba.
De la casa donde vivían sus hijos incautaron un rifle con mira telescópica, dos escopetas, un pistolón doble caño y unas 50 municiones. De la casa de la madre se secuestraron varias municiones servidas y unas doce sin utilizar. Hoy está previsto que se requise el vehículo del uniformado.
La policía le retiró el arma reglamentaria y le inició una actuación administrativa que puede terminar en arresto, suspensión o la expulsión de la fuerza.
De la esposa y los hijos sólo se supo que continúan en la casa de unos conocidos en Plottier y deberán aguardan una resolución judicial para poder volver a la vivienda.