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"Reduccionismo intelectual" | ||
Con el transcurso de los años vamos descubriendo el desastre que la década menemista dejó tanto en las instituciones como en el sistema productivo y en el tejido social. A nivel provincial nos llevará un tiempo darnos cuenta de cuán nefasto resultó el período ´91/´07. Pero en el área en la que ya hace rato se vislumbra lo destructivo de esas gestiones es en la de salud. En el suplemento "Debates" del 23/11/08 se comentó el libro del Dr. Alberto Dal Bo, donde se plantea cómo intereses particulares boicotearon el plan de salud rionegrino en la década del ´70. El desmantelamiento final del mismo lo hizo la dictadura militar. En Neuquén el sistema de salud sobrevivió a ese período, pero lo que no lograron los militares se consiguió en los últimos cuatro períodos constitucionales. Producto de decisiones erróneas o de un plan premeditado, el estado agónico del sistema público de salud neuquino es difícil de revertir, más aún teniendo en cuenta que, a pesar de las promesas de campaña, el actual gobierno no ha adoptado una sola medida eficaz para corregir la situación. Uno de los principales problemas es el bajo salario relativo de los trabajadores del sistema, tanto en comparación con el ámbito privado como con otros sectores de la administración pública. A modo de ejemplo podemos citar que cuando las actuales autoridades de salud cursaban su residencia su sueldo era similar al de un abogado relator del Poder Judicial neuquino. En la actualidad un residente cobra menos de la cuarta parte de lo que se paga por ese cargo judicial. Un profesional con dedicación exclusiva del sistema público de salud cobra por hora menos que un docente secundario y uno sin dedicación exclusiva, menos que una empleada doméstica. En este contexto es difícil entender que el gobernador piense que el reclamo salarial es para compensar sólo la pérdida del poder adquisitivo debido a la inflación o que el diputado José Russo lo atribuya a un posicionamiento político de Une. Este reduccionismo intelectual impide buscar soluciones concretas a un problema real: la pérdida constante del recurso humano y su difícil reposición. Durante años el gasto del sistema de salud ha crecido sin que esto se tradujera en una mejora salarial real o en un aumento o mejora de las prestaciones. El gasto en derivaciones al sector privado es una de las partidas que más se han incrementado, subsidiando de esta forma Salud Pública a las empresas privadas de salud. Se compró equipamiento que nunca funcionó en forma correcta y se construyeron hospitales y centros de salud que prestan servicios en forma parcial. Se duplicaron estructuras (ministerio, subsecretaría) sin que aumentara la calidad de la gestión. Optimizar los recursos es la clave para mejorar salarios sin aumentar en exceso el presupuesto. No tomar decisiones en forma urgente es firmar el certificado de defunción de nuestro sistema. Pablo Ernesto Raña, trabajador del Sistema Público de Salud de Neuquén desde 1982 (Servicio de Electromedicina) DNI 12.153.700 Neuquén | ||
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