VIEDMA (AV).- Una persona fue hallada sin vida ayer en esta ciudad, en un hecho que en principio está rodeado de confusas circunstancias.
La justicia inició una investigación destinada a esclarecer el caso.
El hombre fallecido fue identificado como Horacio Guzmán.
En un primer momento se dijo que el caso lo tuvo como víctima de una explosión, cuando pretendía fabricar una pequeña artesanía de hojalata empleando una soldadura autógena.
El hecho ocurrió en la calle Cipolletti 134 del barrio San Martín, en cuyos fondos funcionaba un taller mecánico.
La desesperación y urgencia de los allegados determinó que inicialmente Guzmán fuera cargado en una camioneta y trasladado al hospital Zatti, pero cuando partía el vehículo llegó la ambulancia.
El personal lo asistió en el lugar y luego lo trasladó al nosocomio, y de acuerdo con lo que se pudo constatar, el mecánico habría llegado sin vida.
Ingresó al hospital con un fuerte golpe en la cabeza, más precisamente en la región frontal, con la emanación de abundante sangre, según trascendió.
Como se pensó que el accidente estaba originado en una explosión del equipo de acetileno, la Policía decidió enviar al personal de Criminalística para investigar el caso.
De acuerdo con lo que se pudo saber, esta persona tendría problemas cardíacos y que podría haber sufrido una descompostura. El taller se encuentra cercano a su domicilio.
Un grito
En el momento del desenlace -durante el mediodía-, un familiar habría escuchado un grito y por lo tanto concurrió al lugar para atender la situación. No se descarta que en ese momento se haya registrado un ataque cardíaco, por lo que se decidió esperar a la autopsia.
No obstante, los efectivos decidieron efectuar una minuciosa revisación en el taller donde se produjo el incidente, encontrando que todo estaba en orden.
Sólo llamó la atención de los investigadores la aparición de una mancha de sangre en el piso que sería como producto de la caída del cuerpo.
Los peritajes pasaron a engrosar un expediente, junto con numerosas fotografías que luego fueron elevados al Juzgado de Instrucción a cargo del doctor Carlos Reussi.