SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Una feroz riña entre dos grupos rivales concluyó con la muerte a tiros de un joven de 21 años y la detención de un sospechoso, de 31, que ya habría estado involucrado en otros hechos de violencia ocurridos en el mismo barrio.
Las autoridades policiales tomaron conocimiento del conflicto a la 0:40 de ayer, pero la pelea habría comenzado al menos media hora antes con el ataque a pedradas al domicilio de la familia Quiñelén, situada en cercanías de la esquina de Rivadavia y Sargento Osés, frente al barrio 170 Viviendas.
A la agresión a la vivienda le habría seguido el enfrentamiento de dos grupos en el mismo sector, situado a unas siete cuadras de la comisaría 28, en una riña donde abundaron las pedradas, pero también los disparos de armas de fuego, según denunciaron los vecinos, y esos testimonios fueron corroborados luego por el hallazgo de varios casquillos de proyectiles 9 milímetros.
La llegada de la policía, como suele suceder en los enfrentamientos de patotas, hizo que ambos grupos se unieran contra un rival común, olvidando que en el lugar había quedado tendido un joven de 21 años, luego identificado como Alejandro Martínez, que al menos había recibido un disparo en la axila izquierda y se desangraba en plena calle.
Más efectivos
Mientras requerían una ambulancia al hospital zonal, los uniformados debieron convocar refuerzos de otras unidades policiales para contener a los revoltosos, aparentemente alcoholizados, y los datos que recogieron en el lugar posibilitaron la detención de Sergio Quiñelén, de 31 años, a quien le adjudican la autoría del disparo que segó la vida del joven Martínez.
Los vecinos del barrio 170 Viviendas prefirieron guardar un hermetismo casi absoluto sobre la ocurrencia de los hechos, y apenas reconocieron que habían escuchado disparos pasada la medianoche del sábado.
Los jóvenes de ambos sexos consultados manifestaron claramente su aversión, tanto hacia la policía como a la prensa, "porque vos les contás y después ponen lo que ellos quieren", y tampoco quisieron aportar demasiados datos referidos al violento hecho que conmovió a los vecinos de la ciudad.
Sólo uno alcanzó a decir que era primo de la víctima fatal, quien "no apedreó a nadie, fue a comprar cigarrillos y lo mataron", pero dos jovencitas lo convencieron de que no debía decir nada.
Hubo quien relacionó el hecho con el ocurrido el pasado 10 de diciembre en el barrio 169 Viviendas, ocasión en que se produjo un enfrentamiento entre miembros de las familias Iberra y Quiñelén, ocasión en que Pedro Iberra, de 28 años, recibió un disparo en la cabeza y otro en una pierna, y Diego Quiñelén, de 17 años, resultó con un corte en el cuello de poca profundidad.
Sin embargo, las autoridades no respaldaron esta versión, más allá de que alguno de los protagonistas haya estado involucrado en ambos episodios.
Ahora, se aguarda que el único sospechoso preste declaración ante el juez que entiende en la causa mientras que efectivos de la policía llevaban adelante una serie de pericias para intentar obtener mayores datos de las circunstancias en las que se produjo el crimen.