VIEDMA (AV)- La falta de documentos le está generando un trastorno a la comunidad boliviana residente en Río Negro, sobre todo cuando debe concurrir al hospital público.

En las ventanillas se les requiere el documento de identidad para ingresar como paciente en tratamiento y, en caso de no haberlo gestionado, eso se transforma en una traba administrativa que dificulta el acceso a la atención médica.

El cónsul Juan Carlos Espinoza Quintanilla canalizó esta inquietud ante los ministros de Gobierno, José Luis Rodríguez, y de Salud, Cristina Uría.

Los antecedentes diplomáticos dan cuenta que al carecer de identificación extranjera emitida por el Registro Civil se limitan los cuidados médicos, pues en los turnos de distintas especialidades, los empleados hospitalarios deben acatar por norma la exigencia de solicitar la acreditación de datos filiatorios (DNI para extranjeros) a fin de volcarlos en una historia clínica. La única posibilidad que tienen hasta ahora es ingresar a las guardias de urgencia, para las cuales basta con dar el nombre y fecha de nacimiento.

"No hay casos de discriminación, no se negó la atención a nadie, pero en algunos hospitales nuestra gente no entra en las estadísticas por una cuestión documentaria", comentó el titular del Consulado Patagónico.

En la conversación con Rodríguez se coincidió en la necesidad de agilizar las campañas de radicación y la entrega de documentos a extranjeros. La necesidad de tomar contacto con el ministro respondió a que el Registro Civil depende de esa órbita, pese a que últimamente las cosas se vieron facilitadas en el país con el Plan Migratorio Patria Grande. Varios municipios adhirieron a este programa con el propósito de entregar DNI.

Rodríguez y Uría plantearon durante la reunión la necesidad de que se cumplan las normas que establecen el ingreso de personas del vecino país a la provincia.

El titular de la cartera política descartó que el contacto sirviera para analizar alguna actitud discriminatoria, sino que se pretende que los ciudadanos bolivianos que residen en el norte de la Patagonia en un número de 50.000 puedan permanecer "bajo las pautas que establece la ley".

También señaló que por ese motivo "le planteamos al cónsul la necesidad de realizar los controles necesarios para evitar este tipo de situaciones tal lo delineado por el Gobierno Nacional en sus políticas de migraciones".

El representante diplomático, a su vez, se comprometió ante Uría a revisar en situaciones puntuales que se determinen entre los residentes, las historias clínicas del país de origen.

La preocupación quedó centrada en la prevención o seguimiento de casos de Tuberculosis (Tbc) que existirían bajo sospecha, y que podrían incidir en las estadísticas rionegrinas. Río Negro tiene una tasa bastante baja de casi 90 enfermos al año. Sin embargo, en ese ámbito de contacto institucional se coincidió en la necesidad de converger hacia eventuales tratamientos cuando algún paciente de esta comunidad aparece en las guardias hospitalarias con tos persistente y que por este tipo de afección, se requiere de un tratamiento prolongado.